proverbios morales
Gentes
El pop comunista español se nutre de detritos de las subculturas franquistas
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Iniciar sesiónMe temo que, entre tanto centenario con que nos abruma el presente año, va a pasar desapercibido el del muy meritorio Grupo de Oxford, fundado en 1922 por el pastor evangélico estadounidense Frank N.D. Buchman con la intención de frenar la expansión del comunismo. ... El movimiento se extendió muy pronto a Holanda y Sudáfrica. En Estados Unidos y Méjico contó con las simpatías de parte de la jerarquía católica, que valoró muy positivamente algunas de las iniciativas de aquel, como, por ejemplo, la creación de Alcohólicos Anónimos. En 1938 el movimiento pasó a denominarse Moral Re-Armament y se expandió a muchos otros países durante las primeras décadas de la Guerra Fría. Tras las muertes de Buchman (1961) y de su sucesor, Peter Howard (1965), perdió fuerza, hasta su extinción en los años setenta.
El último intento para relanzarlo fue la invención de un coro de ciento treinta jóvenes de diversa procedencia, Up with People, que apareció en la España de 1969 bajo el marbete de ¡Viva la Gente! Dieron un recital en el Palacio de los Deportes de Madrid, transmitido en directo por RTVE y RNE; grabaron un disco con la SGAE y montaron algún 'casting' para aspirantes nativos.
Lo de traducir 'people' por 'gente' y no por 'pueblo' se entiende muy bien, teniendo en cuenta que el régimen desconfiaba del segundo término. Santos Juliá observaba que, desde la Guerra Civil, el franquismo había preferido 'nación' al 'pueblo' que invocaba sin cesar el bando republicano. El adaptador español del nombre y repertorio de Up with People debía de ser muy consciente de ello, pues al necesitar traducir 'town' por 'pueblo' en el estribillo del himno oficial del coro, le añadió la cláusula «y nación», por si las 'flies': «Con más gente a favor de gente en cada pueblo y nación habría menos gente difícil y más gente con corazón».
El himno, además, contenía el relato de una revelación: «Esta mañana, de paseo, con la gente me encontré al lechero, al cartero y al policía saludé. Detrás de cada ventana y puerta reconocí mucha gente que antes ni siquiera la vi». Es lógico que esta última frase me hiciera pensar en Sánchez, que acaba de descubrir de qué iba eso de 'la gente' que no se le caía de la boca al ínclito Iglesias Turrión, cuyo papá debió de haberse mecido en los sesenta al ritmo del estimulante pop evangélico del Rearme Moral. El pop comunista español se nutre conceptualmente de los detritos de las subculturas franquistas.
Sánchez, en cambio, no parece guardar memoria de aquello (ni de nada anterior al desayuno). Por eso improvisó, el pasado lunes, una sinécdoque de 'la gente' con unas pocas docenas de lecheros, carteros, policías (y empleadas del hogar) a los que saludar en su 'salida a la calle' (o sea, a la puerta de la residencia presidencial). Luego se quejarán de que Feijóo hable de 'casting'.
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