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Una raya en el agua

Ojeras

El Gobierno celebra con éxtasis autocontemplativo el simple trámite rutinario de ponerse de acuerdo consigo mismo

Ignacio Camacho

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EL Gobierno aprobará los Presupuestos, aunque serán aún peores y más gravosos que los que ha presentado cuando termine la negociación de las exigencias 'sine qua non' de los separatistas catalanes y vascos. El balance real de las cuentas conviene hacerlo cuando terminan su trámite ... parlamentario, no cuando lo empiezan; hay recorrido para más subidas fiscales, más privilegios territoriales y más subvenciones a través de enmiendas, y luego queda la célebre Ley de Acompañamiento para esconder sorpresas. La subasta está abierta y Sánchez dispuesto a hacer las concesiones que sean. El gasto no será un problema toda vez que la recaudación extra por la vía de la inflación ha dejado llena la caja de Hacienda. Poco importa que el Banco de España haya rebajado a la mitad las previsiones de crecimiento si la liquidez fluye gracias al alza de precios y su repercusión en los tributos indirectos. Como dijo una vez Soraya Sáenz de Santamaría, qué bonito debe de ser gobernar con dinero. Sobre todo si es ajeno.

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