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COLUMNAS SIN FUSTE

No ponerla

Pasar frío contra alguien convierte el hogar en un Stalingrado que se soporta mejor

Hughes

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En las entradas navideñas de sus diarios, Leon Bloy dedica una recurrente y casi humorística atención al frío que pasa cuando acude a misa. En Navidad le irrita más a Bloy, que debió de ser un gran friolero. 25 de diciembre de 1903: «Navidad. Ni ... siquiera hoy el prior pone la calefacción. En la misa mayor, estaba helado hasta los huesos y he tenido que soportar tres cuartos de hora de charlatanería del viejo avaro...». Otro año lamenta su cicatería con el carbón. «Hay postulaciones para la calefacción, pero la escatima». Después, durante la Primera Guerra Mundial, el arzobispo llega a prohibir la Misa del Gallo por no gastar en iluminación. Bloy siente que eso terminará llevando a los fieles a los cafés y restaurantes.

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