columnas sin fuste
Lo que contó Velarde
Carrero había mantenido silencio sobre el particular por lealtad a Franco, pero era partidario de que España tuviera fuerza de disuasión nuclear

Islero fue el nombre que su director, Guillermo Velarde, le puso al proyecto para desarrollar una bomba atómica española. En 'Proyecto Islero' (Guadalmazán, 2016) cuenta que lo escogió porque, como a Manolete el toro, sabía que le mataría a disgustos. Velarde, militar y catedrático de ... física, redescubrió el método Ulam-Teller, base de las bombas termonucleares, estudiando los restos de Palomares. Con las bombas que se le cayeron a los americanos, hizo tirabuzones de cálculo hasta dar con la fórmula de la Coca Cola del plutonio. El proyecto echó a andar por impulso de la Junta de Energía Nuclear, pero Franco lo detuvo por miedo a más sanciones.
El 15 de diciembre de 1973, Velarde recibió una llamada del Alto Estado Mayor. El teniente general Díez Alegría quería verle lo antes posible. Carrero Blanco, ya presidente del gobierno, se iba a reunir con Kissinger, secretario de estado norteamericano, y querían que Velarde resumiera en un par de folios, en español e inglés, el estado del proyecto Islero; lo que se había hecho y lo que faltaba. Carrero había mantenido silencio sobre el particular por lealtad a Franco, pero era partidario de que España tuviera fuerza de disuasión nuclear. Las dos hojas que Velarde elaboró durante ese fin de semana le fueron entregadas.
Kissinger llegó horas después. Su visita fue más corta de lo esperado. El 18 se vio con Franco y el Príncipe; el 19 estuvo con Carrero y a primera hora de la tarde se marchó. Al día siguiente, Carrero sería asesinado.
Velarde refiere en su libro una conversación de esos días: «El comandante de Ingenieros de la Politécnica Manuel Aguilar Bartolomé que trabajaba en el desarrollo de las lentes de explosivo convencional del Proyecto Islero tenía un gran prestigio nacional e internacional por sus publicaciones sobre explosivos convencionales. Después del atentado del almirante Carrero Blanco, Manolo entró en mi despacho y me dijo:
-Esos de la ETA son unos genios. Han hecho una explosión perfecta. He estado calculando la energía empleada por el explosivo para hacer la excavación casi cónica y para lanzar el coche del almirante hasta el otro lado del edificio de los jesuitas.
-¿Por qué dices que son unos genios?
-Porque tienen que haber empleado un explosivo de muy alta velocidad de detonación, basado en el RDX como el C4, de cerca de nueve mil metros por segundo. Eso que dice la prensa de que usaron goma 2 EC o goma 2 ECO no puede ser cierto. Esas gomas tienen una velocidad de detonación de unos siete mil metros por segundo y no hubieran podido hacer el cono ni hacer volar el coche. Además, me he enterado de que la goma que han encontrado en el coche que dejaron aparcado para hacer que los coches pasasen por el centro de la calle estaba descompuesta. Estas gomas tienen una duración de algo menos de un año y la empleada en este caso por ETA, parece ser que la habían robado hace casi un año. El RDX –aclara Velarde– se emplea en los explosivos militares».
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