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DIARIO DE UN OPTIMISTA

Señor Netanyahu, gracias y adiós

Israel no está llevando a cabo una limpieza étnica (no hay genocidio, como se oye decir a la ONU), sino una limpieza ideológica contra los movimientos terroristas y milenaristas cuya ambición no es crear un Estado palestino sino hacerse con el poder en El Cairo y Riad con la bendición de los ayatolás iraníes

Nostalgia del Imperio

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Guy Sorman

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Benjamin Netanyahu no es una persona especialmente simpática. Tampoco resulta muy atractivo el Gobierno que le rodea, que incluye a numerosos fundamentalistas judíos. Como este equipo va camino de ganar la guerra que libra simultáneamente en cinco frentes –en Gaza, en Líbano, y contra ... los islamistas de Yemen y Cisjordania y los teócratas de Irán– resulta extraordinariamente fácil y tentador manifestarse con palabras –no con hechos– contra Netanyahu. Oponerse a él no supone ningún riesgo, independientemente de que uno viva en Nueva York, en París o en Madrid. Es más, criticar a Netanyahu confiere un admirable prestigio como defensor de los pobres y los oprimidos, que se supone que son los palestinos. Pero, en verdad, menuda hipocresía.

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