Suscribete a
ABC Premium

la tercera

Lo que España firmó en La Haya

Se nos dice que el aumento del presupuesto de defensa hasta el 2,1 por ciento del PIB sería suficiente, pero esta no es la cuestión discutida ni la decisión aprobada por la OTAN

Campoamor, contra la prostitución

Una operación de inteligencia

nieto

Fernando García Sánchez

Esopo en su fábula 'La zorra y las uvas' cuenta la historia de una zorra hambrienta que intenta alcanzar un racimo de uvas colgado de una vid. Por su altura, no puede cogerlas y camufla su frustración, al verlas inalcanzables, con un «están verdes, no ... creo que me gusten» que pretende justificar su incapacidad y que no soluciona su hambruna. En la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, el pasado junio, en La Haya, España y sus aliados, a pesar de algunos alardes fatuos, firmaron el manifiesto final con el compromiso consensuado, discutible pero necesario para mantener la cohesión de la OTAN, de aumentar el presupuesto de defensa en el medio plazo hasta llegara al 3,5 por ciento del PIB de cada país y dedicar a aspectos de seguridad un 1,5 por ciento de dicho PIB. La unanimidad de la OTAN para aceptar este compromiso aseguró el mantenimiento de su concepto estratégico y su valor como freno disuasivo ante la creciente amenaza rusa, asunto que había sido puesto en entredicho ante la reticencia estadounidense de seguir en una OTAN con una inversión en defensa y seguridad de sus aliados que consideraba escasa y desequilibrada.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia