Editorial
ERC desafía nuestra igualdad
Gabriel Rufián presenta a Pedro Sánchez una batería de exigencias que son contrarias al espíritu constitucional y que quebrarían garantías esenciales de nuestro pacto político
En la ronda de encuentros previos a la investidura, el presidente del Gobierno en funciones se ha reunido con Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso. Tras el encuentro, el líder independentista ha expuesto el conjunto de exigencias que su grupo parlamentario impondrá a ... Pedro Sánchez para recabar un apoyo que lo sería, según ha expresado, no de legislatura sino meramente de investidura. Retomando la retórica habitual del independentismo, Rufián ha planteado tres ejes de exigencias que en el caso de ser satisfechas quebrarían la igualdad entre españoles consignada en nuestra Constitución.
De las «tres carpetas» de condiciones, la primera sería la amnistía, que en boca de Rufián se ha enmascarado tras un eufemismo que frisaba la ironía al apelar a la reparación de «lo ocurrido tras el 1 de octubre de 2017». La circunstancia, por más que no constituya una novedad, no deja de resultar grotesca, ya que entraña un escándalo democrático sin precedentes. Que una élite política le conceda a otra élite política el olvido de sus propias conductas delictivas, algunas de las cuales conducían a la extranjerización de millones de españoles, no puede cumplir ninguna función reparadora. Menos aún cuando esa cesión responde a una mera transacción de intereses en busca de un apoyo parlamentario. La operación resulta inasumible por cuanto quebraría el principio de legalidad a través del cual el poder político está necesariamente limitado y sometido a la ley. Con respecto al referéndum, en la rueda de prensa celebrada en el Congreso, Rufián se ha expresado en términos disimulados, pero ha apuntado a la necesidad de incluir en un futuro una votación. El portavoz de ERC, asimismo, ha planteado como tercera condición la necesidad de revertir un supuesto déficit fiscal de Cataluña, un concepto de difícil encaje en una fuerza política que aspira a decirse progresista. Todas y cada una de estas exigencias contravienen la igualdad entre españoles, toda vez que este principio constitutivo de nuestra convivencia quedaría reducido a una mera moneda de cambio para investir a Sánchez presidente. También resulta delatora la vehemencia con la que Gabriel Rufián ha precisado que su apoyo se circunscribirá a la investidura, lo que exigiría ir realizando nuevas condiciones según avanza la legislatura.
A los socios de Pedro Sánchez cabe agradecerles su sinceridad ya que, en muchas ocasiones, se expresan con una claridad que resulta provechosa para desentrañar posteriormente las declaraciones plagadas de circunloquios con las que el PSOE intenta edulcorar la realidad. Y la realidad, lamentablemente, demuestra que ERC es una formación política afanada en ahondar en las diferencias de derechos entre españoles. La situación se hace crítica en el momento en que el presidente en funciones empieza a evidenciar que cualquier precio será asequible en el caso de que el pago le permita revalidar su mandato al frente del Ejecutivo. El decoro institucional y personal ya no será un freno, como se demuestra en el hecho de que Pedro Sánchez llamara esta mañana a Oriol Junqueras, prestándose a un blanqueamiento del político indultado que habría sido inverosímil hace sólo algunos años. Más allá de que se llegue o no a un pacto de investidura, este proceso negociador nos está permitiendo constatar la ausencia de límites que tiene el PSOE a la hora de malbaratar las garantías democráticas que deben protegernos a todos los ciudadanos del ejercicio arbitrario e ilimitado del poder político y, sobre todo, a refrendar la igualdad de todos los españoles ante una misma ley común.
Ver comentarios