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EDITORIAL

De espaldas a la riada

En su declaración –genuino testimonio de autoinculpación– el presidente de la CHJ aportó información relevante, y de una extrema gravedad, para entender la tragedia

Editorial

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Casi un año después de la tragedia y tras un prolongado silencio, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar declaró como testigo ante la juez que investiga la gestión de la riada del pasado 29 de octubre. En su relato de los hechos ... reconoció que hasta las 18:45 horas no se enteró de la enorme crecida del barranco del Poyo que causó la mayoría de las víctimas, y que no lo comunicó al Cecopi porque su magnitud no le sorprendió. Cabe recordar el elocuente silencio que tanto Jesús Polo como su superiora, la entonces ministra Teresa Ribera, mantuvieron en los días posteriores a la catástrofe, evitando que se comprobara, como ahora, que la gestión resultó desastrosa en varios frentes administrativos, por mucho que la responsabilidad máxima fuera del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. En su declaración –genuino testimonio de autoinculpación– Polo aportó información relevante, y de una extrema gravedad, para entender cómo pudo suceder la tragedia, puso en solfa la solvencia y los reflejos del organismo que preside ante el desastre y apuntó a nuevas responsabilidades, ya incontestables.

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