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ANTIUTOPÍAS

De la banalidad cultural a la política

La política es ahora la fuente misma de banalidad y de escándalo rosa

El esperpento ayer y hoy

Confusiones en torno a Milei

Carlos Granés

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Qué nostalgia produce leer las columnas viejas de los grandes articulistas y sentir de pronto, no sin sorpresa, que sus preocupaciones eran nimias comparadas con las que nuestro presente impone. Estábamos en los primeros años de este siglo y vivíamos el auge de los 'reality shows' y del famoseo ... , y nos escandalizaba que la parrilla televisiva hubiera sido tomada por programas que satisfacían los impulsos más primarios, los gustos más ramplones. La amenaza era esa, la banalidad pura, sin aditivos, encarnada en personajillos desechables, carne de cámara que caducaba mas rápido que los lácteos, cuya indocta espontaneidad y éxito injustificado parecían poner en riesgo los valores que habían forjado la alta cultura. Había alarmismo. ¿La banalidad acabaría con el arte y la literatura? ¿Debilitaría el sentido crítico de la civilización occidental? ¿Atrofiaría para siempre el gusto de las nuevas generaciones? El rumor de que Nacho Vidal entraría a 'Gran Hermano' le pareció a Gistau, por allá en 2005, un punto de no retorno, las culminación de la ruina televisiva.

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