BALA PERDIDA
Tengo alzheimer
Hoy soy mi madre. Por si algún día pierdo yo la memoria, aquí lo pongo
Babel con bable (13/9/2023)
Una 'app' con fregadero (9/9/2023)
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEl Día del Alzheimer es para mí el aniversario de un estremecimiento, porque bajo ese mal bárbaro se acabó una madre que fue la mía. Puedo avalar que el alzheimer no lo padece sólo una madre, porque el alzheimer mata sin matar a familias ... enteras, con lo que estamos ante un dolor que no se acaba nunca. Mi madre llegó a ignorar que la cuidaba un hijo. Y yo llegué a saberlo, y así nos citábamos, tantas tardes, bajo el amor seguro y arterial de dos ausentes. Las madres de alzheimer duran más que sus propias vidas. Es frecuente escuchar aquello, ya clásico, del vértigo de visitar a una madre que ya no nos reconoce, pero no se explica tanto la experiencia abismal de acudir a una madre, aún viva, que ya no es la nuestra. Quiero decir que yo tuve alzheimer, y aún lo tengo, como tantos hijos que ahí seguimos, bajo la máxima cierta de Borges: «Somos los que se van». «Si pierdo la memoria, qué pureza», escribió otro poeta, a otros efectos, que nos valen. No pocas veces yo me consuelo imaginando que mi madre fue inquilina inevitable de una pureza celeste, de un edén interior, de una apacible astronomía donde ya no hay lucha, porque no hay recuerdo. Pero otros días, como hoy, la vislumbro saludando a un abeto con el nombre de mi padre, alojando muñecas de la infancia en una nevera, cantando boleros cuando ya llevaba dos años, o más, sin pronunciar una palabra. Me contaron los neurólogos que la memoria musical es lo último que la memoria pierde, y así mi madre se quedó sin habla, pero cantaba sin traspiés 'Contigo aprendí', o 'Aquellos ojos verdes'. Nos despedimos muchas veces de nuestras madres de alzheimer, porque la enfermedad es un luto pendiente, y la madre regresa, al fin, cuando ya ha muerto, porque entonces la recuperamos idéntica a la que fue, en lo alto de su existencia mejor, cuando ni ella, ni nosotros habíamos sido diagnosticados de un mal que no tiene cura, en principio. Ni tampoco mucho alivio, después. Hoy soy mi madre. Por si algún día pierdo yo la memoria, aquí lo pongo.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete