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Rosa Belmonte

Trotamundos

Cada vez se puede decir menos porque cada vez la gente se ofende más

Rosa Belmonte

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Al viejo cómico australiano Barry Humphries le han preguntado por qué cree que «Downton Abbey» gusta tanto en los Estados Unidos. «Porque no hay negros», ha contestado. Me ha recordado a Nati Mistral cuando en una tertulia de televisión le preguntaron por qué Javier Bardem ... y Penélope Cruz eran tan antipáticos con la prensa española. «¡Porque son comunistas!», fue su respuesta con el puño en alto. Humphries siempre ha dicho lo que le ha dado la gana. En su caracterización de Dame Edna, una mezcla entre doña Croqueta y Javier Gurruchaga vestido de señorona, ya se pasaba la corrección por la peluca lila. Por eso lo echaron de «Vanity Fair», donde tenía un divertido y ficticio consultorio. Una vez escribió, y se montó una buena, que para qué aprender español («¿Para hablar con la asistenta?»). Pero remataba con un «Si es usted americano, pruebe con el inglés». Humphries siempre ha encarnado la tradición cómica que hace comentarios de mal gusto o imprudentes para poner de manifiesto la hipocresía y los prejuicios. El australiano, que ya tiene 81 años, ha comprobado que cada vez se puede decir menos porque cada vez la gente se ofende más.

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