Suscribete a
ABC Premium

Todos impostores

Produce, en verdad, repeluzno pensar en la deshonestidad del autor del bodrio

NIETO
Juan Manuel de Prada

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Quienes se hayan tomado la molestia de leer (o siquiera echar un vistazo, pues la lectura concienzuda de tamaño bodrio provoca mareos) la famosa tesis del doctor Sánchez ya habrán podido comprobar que no se trata tan sólo de una hilarante ensalada de plagios. También ... se trata de una verbena de inanidades sonrojantes, con su guarnición de citas perogrullescas o directamente apócrifas de libros y revistas que el doctor Sánchez no ha leído ni por el forro (y que, además, siempre cita de forma chapucera, trabucando los nombres de los autores de las formas más rocambolescas). En este pavoroso engendro es posible también encontrar pasajes repetidos hasta tres o cuatro veces (como si quien los escribió padeciese amnesia), repartidos entre el centón de refritos hediondos, obviedades de recuelo y pensamientos dignos de cualquier paramecio o ameba. No se expone ni defiende ninguna tesis; ni siquiera se hilvana una pálida argumentación; por momentos, el texto -de tono entre publicitario y didáctico, como un power point para lerdos- parece salido de un caletre espongiforme, que no hace sino ensartar charlatanescamente ridiculeces y vacuidades. No hace falta añadir que todo el texto es una orgía del anacoluto, una verbena de la inconsecuencia lógica, un festival de la sintaxis y la ortografía descuajeringadas. Dicen que lo ha escrito un negro; pero sin duda debía tratarse de un negro jaranero o cantamañanas.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia