El titán de Orcasitas
Con la experiencia que da una «beca black» de 1.700 euros al mes por no hacer nada, Errejón ahora nos ilumina sobre la «decencia»
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Iniciar sesiónÍñigo Errejón se fue el otro día con Manuela Carmena a abrir su campaña electoral a Orcasitas, una humilde barriada periférica de raigambre obrera, un suburbio de vida cuesta arriba durante muchas décadas que la ciudad terminó deglutiendo y acercando al centro (a quince minutos ... de Sol en Metro) en su imparable crecimiento hacia el sur. Y allí se fueron los dos candidatos populistas a inaugurar la quincena y rescatar el grito guerracivilista del «¡No pasarán!», que el mitin se pareció al de aquellas fiestas del PCE en la Casa Campo de los años ochenta, a las que seguramente acudían la hoy alcaldesa, progre de primera hora, y los papás del candidato. Solo faltó en Orcasitas la actuación del grupo Asfalto, Rosa León o Luis Pastor, pero en el tono y el fondo del evento fue como si no hubiesen transcurrido treinta y tantos años. Porque el razonamiento (bueno, o eso que expresó Errejón) fue el siguiente: «Los del barrio de Salamanca van a votar todos y tenemos que conseguir que nuestros barrios también voten, los barrios donde vive la gente decente». Así las cosas, y según la paparrucha argumental del nuevo «titán de Orcasitas», en el barrio de Salamanca no deben vivir personas «decentes», ni siquiera Pablo Echenique que no hace tanto se mudó a las cercanías de Diego de León, el muy fascista... Qué mal ha debido terminar Errejón con el aparato de Podemos para incluir al «número dos» entre los indecentes, por mucho que Echenique tuviera a un trabajador sin contrato, sin Seguridad Social y pagándole en negro durante años.
Pero lo cierto es que la izquierda española, sobre todo la de inspiración comunista, nunca dejará la monserga de la lucha de clases, el discurso de los poderosos y los oprimidos o los decentes y los indecentes, que en su día leyeron en algún sitio o escucharon en una de esas simpatiquísimas asambleas libertarias. Y nunca es nunca, ni aunque viva en un chalé del exclusivo parque del Conde de Orgaz, como Carmena, o se mude de un pisito de cincuenta metros en Vallecas a un casoplón serrano en Galapagar, por poner un ejemplo al tuntún.
Y con esa sólida cimentación facial uno puede pasearse por Orcasitas o por el arrabal que sea hablando de «la gente decente», aunque haya estafado dinero público con una beca de a 1.700 euros al mes sin hacer ni el huevo en vez de trabajar en el «Diagnóstico, análisis y propuestas publicas para la desmercantilización de la vivienda». Así se llamaba el trabajo universitario para el que Errejón fue contratado bajo el auspicio de la Fundación CEPS, ese rumboso tinglado podemita que también le llevó y le trajo por la geografía chavista americana en calidad de asesor. ¡Pobre gente!, no tenían bastante con la penuria de sus países que encima les llega Errejón a arreglarles la pobreza. Poco antes de fundar Podemos, él mismo firmaba una factura de algo más de 400.000 euros por asesorar a Nicolás Maduro. Fue en 2014. Cinco años después, Venezuela está destrozada, no hay medicinas, se apaga la vida, no hay democracia, solo hambrunas y represión... Y en cambio el «titán de Orcasitas» sigue sosteniendo la doliente mentira de que «los venezolanos comen tres veces al día». Eso sí que es indecente.
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