Un paseo para Sánchez

Eso sí que es un colchón

La tesis se hizo realidad. No la tesis con la que se doctoró Sánchez, que lo del plagio no tiene arreglo, sino la que dicta que quien gobierna suele partir con ventaja ante las urnas siguientes de no mediar un shock social (léase 11-M) ... o una gigantesca inutilidad gobernante (Rodríguez Zapatero ante la crisis). Ha ganado muy claramente las elecciones sin hacer prácticamente nada (no pudo ni aprobar sus Presupuestos y gobernó con los que le había dejado aprobado Rajoy), centrado en los golpes de efecto y la autopropaganda (el «Manual de resistencia» de «Pedro el guapo»), el gastadero de los «viernes sociales» y el control exhaustivo de la televisión pública o el CIS, con encuestas mensuales poniendo por las nubes al PSOE y a su líder, con lo que iba creando un clima social que ni el hombre del tiempo. El resto lo ha puesto el centro-derecha y su cainita auto-competencia (de la que hablamos en la página siguiente).

Y mira que ha intentado cosas. Como «arreglar» el asunto del separatismo, principal problema de España, tragándose la infamia nacional de Pedralbes y los veintitantos puntos de la vergüenza, con sus mediadores y su canesú. Hasta eso le salió entre regular y mal, pues a la primera ocasión que pudieron sus socios de la banda del lazo le dejaron tirado. El resto es conocido, campaña de bajísimo perfil, tanto que hubo que llevarle a rastras a los debates, que Iglesias aprovechó bastante mejor que él, y más «viernes sociales», claro.

Y con eso le ha bastado para el imperial paseo que se ha dado en este soleado 28-A, catastrófico para el PP, pues ha ganado casi 40 escaños con solo nueve meses de gobierno. Tantos son, que incluso puede elegir socio para gobernar. Le da con Ciudadanos, aunque Rivera se comprometió en la campaña a no apoyar más a Sánchez (ya lo hizo una vez, sin éxito), o con los que han sido sus anteriores aliados, ya saben, separatistas, proetarras y populistas. O podría elegir solo a Podemos y esperar a que en una segunda vuelta de la investidura se abstuvieran los nacionalistas, filoetarras e independentistas.

Desde su victoria en las primarias del PSOE ante Susana Díaz no había conocido Sánchez una más plácida noche que la que ayer durmió en el colchón nuevo de La Moncloa.

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