En primera fila
Gestión de nuevos ricos
¿Es necesario derrochar casi 15.000 euros en contar a personas no binarias cuando hay colas del hambre?
Como si al Estado le sobrara el dinero y no hubiera problemas que resolver, Irene Montero ha decidido «necesario» gastarse algo menos de 15.000 euros en que una sexóloga privada determine cuantas personas no binarias -ni hombres ni mujeres- existen en España.
El montante ... en sí es pequeño y no va a llevarnos a la ruina pero denota ese complejo de nuevos ricos que gastan Montero y Pablo Iglesias a la hora de gobernar. Inflación de guardias civiles en su puerta, corte de asesores como nunca se ha visto, gastos superfluos por aquí y por allá... Tiran con pólvora ajena; con los cuartos de esa «gente» a la que incendiaron asegurando que la casta malgastaba el dinero público en privilegios.
¿Se le escapa a Irene Montero que de su propio ministerio depende un organismo llamado Instituto de la Mujer que gestiona varios observatorios de género, entre ellos el de Igualdad de Oportunidades? ¿Y que este órgano cuenta con una plantilla experta que podría asumir la estadística de no binarios sin coste adicional y con mayor solvencia que la citada sexóloga?
Por si fuera poco, el contrato de la sexóloga está rodeado de opacidad. No se ha publicado el pliego de condiciones y fue adjudicado aunque solo constan dos ofertas, cuando la Oficina de la Contratación exige que se presenten tres.
Si la ministra de Igualdad cree que le sobran los fondos no debería intentar gastarlos deprisa y corriendo antes de que acabe el año. Debería tener la decencia de guardarlos o dedicar cinco minutos a pensar en cómo utilizarlos para ayudar a «la gente». Esa que engrosa las colas del hambre y en la que, según sus tesis, también debe de haber no binarios. Muchos de ellos -imagino- sin saber que lo son porque la mayoría de españoles ni siquiera había oído hablar de este término hasta ahora. Si no se le ocurre nada mejor, puede, por ejemplo, regalar mascarillas a los que apenas pueden permitírselas, que cada vez son más por la nefasta gestión del Gobierno. Casi 15.000 euros dan para comprar unas cuantas aunque para Montero, convertida en nueva rica, esta cifra no sea más que peccata minuta.
España se ve azotada por una crisis que va a durar aún muchos meses. Adjudicar a una empresa privada una tarea que pueden resolver los estadísticos del Estado supone un derroche de dinero que demuestra no tener los pies en la tierra. Más aún haciéndolo con opacidad. Pero está visto que el sentido común y la coherencia son difíciles de encontrar en un Ministerio de Igualdad cuya titular aprovecha la baja de maternidad de una rival política para echarla a la calle o que calla ante una red de explotación de menores porque salpica a su partido. Y lo que aún nos quedará por ver con este Gobierno que se considera por encima del bien y del mal.