Así se perdió Disney
La ampliación del aeropuerto de El Prat es la vieja misma historia: los navajazos entre Esquerra y Junts han acabado provocando que el Gobierno retire la jugosa inversión a la que se había comprometido
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónCuando a principios de los años 80 Disney empezó a estudiar las opciones para abrir su primer parque en Europa, parecía claro que se instalaría en la Costa Dorada, concretamente en los terrenos en los que hoy se encuentra Port Aventura. El clima y la ... industria turística convertían en prácticamente obvia esta elección. Estos terrenos pertenecían al municipio de Vila-Seca y Salou, pero la parte de Salou no tuvo mejor idea que empezar una delirante batalla por separarse de Vila-Seca, creando incertidumbre, inseguridad jurídica y un ambiente de majadería y caos que es lo que más asusta a las empresas serias. Además, París, que también optaba a la designación, aunque con muchas menos posibilidades, por la climatología adversa y la inexistente industria turística alrededor de la que ha acabado siendo su ubicación (Marne-La Vallée), se tomó en serio su candidatura e invitó a los mejores restaurantes y hoteles de la ciudad a los directivos de la multinacional americana, mientras que los políticos catalanes no les invitaron ni a un café. Así, exactamente así, se perdió Disney, con esta insólita mezcla de delirio y estrechez que a veces da Cataluña para causarse las más crueles derrotas. Hay que decir que también para Disney la decisión de irse a París fue desastrosa, porque si hay algo inhóspito en este mundo es el frío y la lluvia en Marne-La Vallée, hasta el punto de que el único parque de la compañía que pierde dinero, y en cantidades asombrosas. Cuando nos ponemos, la onda expansiva de la calamidad catalana no tiene límites.
La ampliación del aeropuerto de El Prat es la vieja misma historia: los navajazos entre Esquerra y Junts han acabado provocando que el Gobierno retire la jugosa inversión a la que se había comprometido. No es que Pere Aragonès y Esquerra no quieran esta ampliación, pero les puede el odio cainita contra los post convergentes y llevan semanas abusando de un ridículo argumento ecologista (la afectación de la laguna de la Ricarda) para cuestionar y rebajar el tanto que se había apuntado el vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, del partido de Puigdemont, arrancándole al Gobierno los 1.700 millones de euros que iban a costar las obras.
Esquerra quería la inversión tal como Salou quería Disneyland, o Euro Disney, que es como se llamó al principio. Pero ambos tensaron tanto la cuerda, y con tan poca inteligencia, que al final lo importante se esfumó. También el Gobierno, como Disney, perderá con un aeropuerto de Barcelona menguado en sus posibilidades. Pero es muy difícil sustraerse a la desgracia de un pueblo cuando se empeña en destrozarse.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete