La ratonera

La diferencia entre esta enésima operación de marketing-ratonera y las anteriores es que Zapatero ha perdido el celofán del Pacto de Estado para envolverla y venderla. Hasta los suyos flaquean con lo de la corresponsabilidad de Rajoy para tomar las medidas contra la crisis que el ejecutivo se niega a liderar, en el Parlamento y en Zurbano. Se las reclaman a él, al presidente del Gobierno. Incluso sus aliados más radicales, Joan Ridao, el lunes, en una entrevista, le exigen medidas urgentes para evitar el abismo, reforma laboral incluida, y sin parapetarse tras los sindicatos.

Lo que dicho por la extrema izquierda independentista de Ridao da una idea de la situación de descrédito total de Zapatero y la percepción creciente de la necesidad de unas elecciones anticipadas. Nadie se cree a estas alturas que Zapatero vaya a tomar las medidas que debe tomar para evitar la catástrofe griega de España. O se va él o nos hundimos todos.

Y se hunde de paso el PSOE que comienza a asumir la pregunta de Joaquín Leguina de hace escasos meses, ¿sobrevivirá el PSOE a Zapatero? Sobre todo, ¿sobrevivirá otros dos años de inacción de Zapatero mientras se derrumban las cuentas públicas y la economía española? Pregunta que comienza a convertir La Moncloa en una ratonera para el propio Zapatero, atrapado por su ambición de poder en un penoso y mezquino final político.