Suscribete a
ABC Premium

Ya no somos inocentes

NUNCA acabaré de saber si las inocentadas de la prensa han caído en desuso por una cierta solemnización de la autoestima de los medios o porque el surrealismo de la vida española las había vuelto tan verosímiles que carecían de sentido. Lo cierto es que ... hoy por hoy, de un modo u otro, una inocentada política es un pleonasmo, una redundancia tan estéril como esas huecas tautologías que abundan en los discursos de Zapatero; toda la política española es en sí misma una chanza burlona cuya única sorpresa consiste en adivinar cuándo se cansarán los ciudadanos de que les cuelguen en la espalda un muñequito de papel fabricado con su papeleta de voto.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia