Suscribete a
ABC Premium

Liberalidades

De los resentidos

La envidia, es sabido, lleva su castigo incorporado. A diferencia de otros pecados capitales, no aporta placer alguno

Juan Carlos Girauta

Esta funcionalidad es sólo para registrados

No hay fuente de problemas más ponzoñosa que el resentimiento social. La lacra moral empieza con un tipo agitándose en su cama, incapaz de conciliar el sueño por la envidia, y acaba en una revolución sangrienta. Para detectar la lacra solo hay que ignorar a ... los politólogos -esos quiero y no puedo del Derecho, la Economía y la Historia- y leer a Dostoyevski. Stalin era un resentido social y Hitler otro. De ahí para arriba (para abajo no hay nada, ellos son el nadir) todo el mal de antes y de después se nutre de la misma cloaca.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia