¿Penúltimo servicio de Pepefé Tezanos?

De un tiempo a esta parte, Tezanos sabe que puede estar prestando sus últimos favores al sanchismo, que como tal -el sanchismo, digo- no es causa digna sino, quizá, un mes más de nómina para Pepefé y su equipo de demoscópicos, encuestadores y jefes indios que asesoran el cotarro.

Tezanos Tortajada, cuando todo hijo de vecino se lava los calzones en el fregadero, junto a la escarola y por ahorrar en lo de la luz, adapta la realidad a porrazos y a beneficio de inventario. Más que cambiar la metodología o las preguntas con respuesta inducida -que también, porque aquí nos conocemos a nuestro sociólogo-, su proceder es más menestral, más de patada a la puerta -al quesito en este caso-, y resulta que a Sánchez le han salido nueve puntos sobre el PP como nueve soles. Ni valoración de ministros ignotos ni de gestión del Gobierno. Sólo importa el líder, que nos vacuna -albricias- hasta perdonándonos las ideologías.

No vamos a descubrir nada nuevo de Tezanos: que el CIS, día a día, se va desprestigiando hasta lo insoportable y Tezanos va de(s)preciando un organismo público hasta hacer de cada barómetro un libelo. Da igual que una nueva etapa de genuflexiones, más simbióticas que con Torra, empiece con la Generalitat de Aragonès; da igual que a Fernando Simón -otro que tal baila- lo puedan emplumar por esa curiosa relación que también tiene el epidemiólogo con los números.

Al final de la escapada, la degeneración del CIS, como la de la Abogacía y hasta la de Paradores, era algo esperable. Pepefé tiene y tendrá su revistilla, 'Sistemas', donde justificarse para la posteridad como sociólogo o mamporrero, que en ambos oficios se desempeña con esa veteranía que dan los años y cierta convicción en la inveterada pachorra del español cuando se la están clavando hasta las túrdigas. Así en el recibo como en el DNI.

El CIS cabalga después de muerto y amortizado. Eso es lo más peligroso.