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La tercera

La perra de Sarajevo

«En estos tiempos de peste vírica, las palabras de la obra de Camus me vienen a la cabeza: “En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio”. Cuando me tocó vivir otras emergencias complejas como cooperante, o como las que estamos sufriendo ahora todos, siempre se me viene a la cabeza aquella perra de Sarajevo. No sé por qué. Tal vez por el nombre que le pusimos en inglés. “Hope”. Esperanza. Tal vez sea por eso…»

Javier Santamarta del Pozo

Todavía ignoro el porqué llegué a los Balcanes en 1993, en pleno fregado yugoslavo. Nunca he ido de héroe ni de salvamundos. Sin embargo, ahí estaba tras un vuelo en un Hércules C-130 del Ejército del Aire español que aterrizaba en Divulje, cerca de ... Split. Cuando me informaron de mi zona de trabajo en un mapa sobre el que se había superpuesto un plástico donde se trazaban con rotulador las diferentes líneas de movimiento de tropas, la roja del frente de combate la veía muy cerca de la que iba ser mi casa. Demasiado. Estaba en una retaguardia a donde llegaban los helicópteros medicalizados y furgones frigoríficos con cadáveres de soldados provenientes de esa delgada línea roja. Desde Split, la ruta del Neretva que llevaba a Sarajevo, se veía aparentemente lejos.

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