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Editorial ABC

La izquierda se enreda en sus trampas

A no ser que Sánchez se vea acorralado en septiembre o que perciba una desmovilización de la izquierda, el escenario más probable es la convocatoria de elecciones en noviembre

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La nueva oferta hecha por Pablo Iglesias a Pedro Sánchez para retomar las negociaciones y conformar un Gobierno de coalición entre el PSOE y Podemos, ofreció ayer más síntomas de ser una trampa que una solución al bloqueo en España. No fue sino un nuevo ... episodio de la guerra psicológica que mantienen ambos por culparse mutuamente del fracaso de la sesión de investidura, y así se encargó Sánchez de demostrarlo menospreciando en horas la idea de Iglesias. Más allá del valor que cada cual quiera dar a la palabra de Sánchez, siempre tan cambiante y contradictoria como poco fiable, lo cierto es que en esta ocasión parece ser coherente al insistir en que el 25 de julio caducó cualquier pacto de coalición. La oferta de Podemos tenía mucho de falaz y de falla insalvable para el PSOE. Iglesias pretendía retomar la iniciativa como un ejercicio de maquillaje político, como un burdo acto de simulación para quedar bien ante el electorado de la izquierda, y demostrar a Sánchez que no le vale la opción de apoyar al PSOE bajo la fórmula de un Ejecutivo «de cooperación» con acuerdos programáticos de legislatura. Por eso, en sí misma, la oferta llevaba implícito un rechazo preventivo. Iglesias puso obstáculos al PSOE a sabiendas de que ya son insalvables, como la cansina exigencia de que Irene Montero sea vicepresidenta del Gobierno. Tuvo su momento, pero eso ya no parece posible, y la conducta mendicante de Iglesias le delata.

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