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David Gistau

Indepe

Indepe es a independentista lo que Pepe a José

David Gistau

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No es que me importe pasar por frívolo y, de hecho, que te lo llame según qué exaltado es un alivio. Pero la frivolidad está adquiriendo una carga heroica que identifica este tiempo como otro de esos que no admiten desertores, ni flojos, ni liberales, ... ni terceros españoles, y en los que jefes de escuadra con pistolón al cinto recorren las calles para asegurarse de que nadie se escaquea. Para aquellos que no se crean designados por el destino para salvar la civilización occidental, una de las virtudes que hacen entretenido el oficio de escribir columnas es la variedad de temas y de tonos, la posibilidad de ausentarse a veces del gran titular para permitirse el autor una digresión costumbrista o personal, quién sabe, una inocente pretensión humorística que resiste sólo la extensión del folio. Esto penaliza mucho hoy en día, como abandonar la trinchera para irse el recluta a visitar a su novia en el pueblo. Me lo fusilan de inmediato. De igual forma, los periodistas trabajan con márgenes muy estrechos, en cuanto desbordan el argumento catalán para darse una vuelta por la frivolidad, sueltan los perros para que sigan el rastro del desertor. Nos ha sido concedido el peligroso anhelo de vivir tiempos interesantes y de escribir sobre ellos. Pero, hombre, algún sistema de rotación habrá que establecer para salir alguna que otra columna de permiso. Admito que abusé: todo el verano dejé a Ignacio Camacho en la garita mientras yo, frívolo, no escribí sino sobre la lluvia en Cantabria, como si no supiera que en ese instante graznaban todos los gansos que custodian el estanque de la Constitución .

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