«Goiri», Calviño y De Guindos harán pandilla

Y es que en el seno de nuestra actual Europa las decisiones no se toman así. Tampoco en sus organismos e instituciones. Hay unas normas que cumplir. El que no lo entienda está fuera de toda realidad. Y eso lo saben, y muy bien por cierto, en el seno del Partido Socialista. De hecho, algunos de sus miembros se mueven como peces en aguas europeas. Y la que está llamada a ser una de las vicepresidentas más fuertes en ese aún Gobierno por escribir -al menos eso anunció el presidente en funciones en el último debate televisivo-, es una de ellos. Hablo de Nadia Calviño. Una ministra con una buena reputación, ganada por motu propio, en Europa, guste o no a sus detractores.

Calviño, que forma parte de la facción más liberal del Gobierno Sánchez, es para con el líder de la formación morada como agua y aceite. Y Sánchez lo sabe. E Iglesias, también. Así es que eso de que Bankia será una entidad pública porque así lo quiere este último, permítanme que lo ponga en barbecho. En esa percepción, creo, también están en la sede de la entidad financiera. El propio presidente, José Ignacio Goirigolzarri, aun respetando las ideas de todo el mundo -pero que no comparte-, sabe muy bien que no es tan fácil que algo así ocurra. Hacer público un banco que ha costado tantos esfuerzos enderezar, no es lo más aconsejable. Ni es lo que toca.

Así de buenas a primeras la reacción inicial fue de susto. Pero la segunda... no fue de muerte. Una vez asimilada la bomba informativa, y a pesar de que el mercado lo recibió muy «malamente», la sensatez y tranquilidad volvió a apoderarse de la directiva de Bankia. Porque hacer de la entidad un banco público, es una idea que ni siquiera está en los diez puntos prioritarios firmados para hacer ese Gobierno tan variopinto.

La acción cierto es que se vino abajo, por los recelos de los inversores respecto a los ya conocidos planes de Podemos. Pero existe Europa. Y, en España, la ministra Calviño. Y ella lo tiene meridianamente claro. Bankia se privatizará al 100%, aunque las ayudas no sean devueltas. Lo primero es el verdadero objetivo, lo segundo, créanme, es lo de menos. Así lo piensan igualmente en el regulador europeo, el BCE, desde donde su vicepresidente, Luis de Guindos, está ojo avizor. Y rema a favor de Nadia. Y de Goirigolzarri. Los tres en esto harán pandilla. Una entidad pública politizada es una línea roja que ni pasaría su corte, ni el de Europa. Existe el pasado. Y eso ya lo hemos vivido. Y sufrido, por cierto, los ciudadanos.

Por cierto, primero tiene que salir eso de poner en marcha ese nuevo Gobierno...