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José María Carrascal

Gibraltar no vale una guerra

Los gibraltareños dicen que quieren ser británicos y europeos. Hasta ahora era posible. En adelante no va a serlo

José María Carrascal

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Hablando con un amigo tan envuelto como yo en el tema, coincidimos en que la omisión de Gibraltar en la meliflua carta de Mrs. May a la Unión Europea anunciando su intención de abandonarla no fue un olvido, sino a posta. Ya lo omitió ... en su discurso del 17 de enero, causando un susto a los gibraltareños. Gibraltar es un contencioso tan viejo como enrevesado que podía complicar sus negociaciones con Bruselas en las que espera salvar el tráfico de mercancías, deshaciéndose del de personas. Bruselas no picó ni olvidó que Gibraltar tiene que resolverse por negociaciones hispano-británicas y la ha metido en un buen lío, con los gibraltareños presos de un ataque de nervios, la vieja guardia tory redoblando los tambores de guerra y ella misma teniendo que salir a defender the Rock con cuanto tiene. Pero aún así, muestra lo débil de su posición. Si se fijan, lo que ha dicho la premier es que garantiza a los gibraltareños the best Brexit, la mejor salida de la UE, cuando ellos quieren quedarse. Algo imposible por estar en ella gracias al Reino Unido. Si éste se va, se van ellos también . No porque lo quiera España, sino porque lo quieren los ingleses. Hay que estar a las uvas y a las maduras, aunque a ellos, acostumbrados a estar sólo a las maduras, les cuesta aceptar la realidad de su situación, que es el de una colonia, como la ONU certifica.

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