Suscribete a
ABC Premium

Falsa alarma

Parece que la Monarquía va a superar el responso fúnebre del tertulianismo rosa

Luis Ventoso

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hace una semana, la Reina Letizia, de 45 años, se giró en el pasillo de la catedral de Palma para decirle a su suegra, de 79, que no se hiciese allí una foto con sus nietas, que era mejor una imagen de toda la familia ... posando juntos a la salida del templo. Ese recado se lo transmitió con un gesto demasiado tenso e imperativo, grabado por una cámara indiscreta, que también sorprendió a la Princesa Leonor apartando la mano de su abuela de sus hombros. Con tal material, contenido en un vídeo mudo de unos once segundos, buena parte de España, capitaneada por un tertulianismo rosa fuera de sí, extrajo las siguientes conclusiones: después de este «escándalo» a la Monarquía le quedan dos telediarios; la Reina Letizia es más malvada que la Reina Grimhilde, la madrastra de Blancanieves, y desde luego le cae grande el cargo; la Reina Sofía debería ser proclamada santa súbita y canonizada ya. En la cola de la pescadería de un Ahorramás pude asistir la semana pasada al contrito intercambio de pareceres de tres abuelas, desoladas por «cómo ha tratado a la Reina Sofía». Una vez más, los españoles habíamos sacado de quicio un chascarrillo, convirtiendo una anécdota en categoría. Un gesto inapropiado fue traducido como una tremebunda crisis de la Monarquía española.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia