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El factor Parménides

A la luz de la cantidad de rumores infundados, versiones pintorescas, imaginativas especulaciones, anuncios falsamente bien informados, que se han producido en los medios de nuestro país en los últimos meses en torno al presunto embarazo de la Princesa Doña Letizia, diríase que se está ... viviendo en España la angustia por el heredero que ha vivido la sociedad española no pocas veces a lo largo de la historia de la Corona. Con los Austrias, la inquietud sucesoria se reflejó a fines del reinado de Felipe IV, que, tras la muerte del infante Baltasar Carlos, tuvo que esperar a 1661, cuatro años antes de la muerte del Rey, a que naciera su hijo, el futuro Carlos II; y naturalmente, ante la incapacidad para reproducirse éste, tras dos matrimonios, fue terrible la incertidumbre que se vivió en los últimos años del siglo XVII, sin que al final, con hechizos incluidos, el heredero llegara. Con los Borbones, las mayores ansiedades por cuestiones sucesorias, pese a que Fernando VI no tuvo hijos, se produjeron en el reinado de Fernando VII, que tras tres matrimonios no había tenido descendencia y que sólo la tuvo -su hija Isabel, la futura Isabel II- en su cuarto matrimonio, tres años antes de la muerte del Rey. Y, por último, también hubo angustia sucesoria al final del reinado de Alfonso XII, porque Alfonso XIII nacería seis meses después de la muerte de su padre.

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