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Montecassino

La extraña derrota

La aceptación de la mentira abre la puerta a la tiranía

Marc Bloch, historiador francés Wikipedia
Hermann Tertsch

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«No he pedido que se recitaran sobre mi tumba las plegarias hebraicas, a pesar de que sus cadencias acompañaron hasta su descanso postrero a tantos de mis antepasados y a mi propio padre. Toda mi vida he tratado de alcanzar una sinceridad absoluta de ... la expresión y del espíritu. Considero la complacencia con la mentira, por muchos pretextos con que se adorne, la peor lepra del alma. (…) Desearía que sobre mi lápida se gravaran estas palabras sencillas: Dilexit veritatem (Amó la verdad). Por ello no podría tolerar que, en la hora del adiós supremo, cuando cada hombre tiene el deber de resumirse como persona, se apelara en mi nombre a las efusiones de una ortodoxia en la que no creo. Pero más odioso me resultaría aun que alguien pudiera ver en este acto de probidad algo parecido a una renuncia cobarde. Afirmo pues ante la muerte, si es necesario, que nací judío; que nunca se me ha ocurrido negarlo (…). En un mundo presa de la barbarie más atroz, la generosa tradición de los profetas hebreos, que el cristianismo. en su vertiente más pura, retomó para ampliar, ¿no sigue siendo acaso una de nuestras mejores razones de vivir, creer y luchar?».

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