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La sombra de Gali es alargada

La evolución de la causa penal de González Laya es una incógnita que debe preocupar en La Moncloa. La independencia judicial se revela con toda su intensidad en este tipo de asuntos

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La investigación abierta por un juzgado de instrucción de Zaragoza sobre la entrada del líder Polisario Brahim Gali es una sombra que se extiende día tras día sobre el Gobierno de Pedro Sánchez. La Moncloa quiere que la exministra de Asuntos Exteriores sea el cortafuegos ... donde acaben las posibles responsabilidades penales por hechos que el juez califica como delitos de encubrimiento, prevaricación y falsedad documental. Por el momento, el juez ha ido directo al núcleo del antiguo equipo de Exteriores, atribuyendo la condición de investigados a la propia González Laya, pendiente de prestar declaración, y a su director de gabinete. Sin embargo, una cierta lógica política permite pensar que una decisión tan trascendente, como la de permitir la entrada supuestamente ilegal de un dirigente del Frente Polisario que tenía una causa pendiente en la Audiencia Nacional, no fue tomada aisladamente por González Laya y su equipo. Por lo pronto, altos mandos del Ejército del Aire estaban al corriente de la entrada de Gali en España, lo que ya sitúa este incidente en el ámbito del Ministerio de Defensa. La misma lógica permite suponer que, para asegurar la clandestinidad con la que entró en España, Brahim Gali contaría con un despliegue de seguridad en su desplazamiento desde Zaragoza al hospital de Logroño, donde fue atendido. Y esto apunta al Ministerio del Interior y a su maltrecho titular, Fernando Grande-Marlaska.

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