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Eso no es educar

También el currículum de Secundaria peca de un sesgo idológico, con el laboratorial social de la izquierda como fondo inspirador, en el que el esfuerzo en el estudio deja de ser un requisito

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El Consejo de Ministros aprobará, probablemente, la semana que viene el currículo que ha preparado el Ministerio de Educación para la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), en el que se confirmarán las tendencias disolventes que la izquierda aplica de forma cíclica al sistema educativo español. Basta ... con recordar que en la nueva ESO, el Gobierno de Pedro Sánchez va a permitir a los alumnos que pasen de curso y obtengan el título correspondiente aunque tengan asignaturas suspendidas de cursos anteriores. Solo con esta previsión es suficiente para calificar como un error absoluto el planteamiento del Gobierno socialista y comunista para la educación de los jóvenes españoles. Terminar la ESO con asignaturas suspendidas es acceder al Bachillerato con un lastre difícil de liberar y eso hará que el alumno acumule nuevos suspensos y degrade su formación preuniversitaria. Esta idea de que la enseñanza debe ser una sucesión de charlas amables a niños y jóvenes exentos de cualquier responsabilidad consigo mismos resulta tóxica para un país con una tasa de paro juvenil insoportable. Mientras la sociedad reclama buenos profesionales, sean o no universitarios, el sistema educativo que propone el Gobierno se aparta de esa demanda. Además, esta educación dopada con suspensos gratis y mucha perspectiva de género, agranda la brecha formativa entre jóvenes, porque las familias que pueden permitirse eludir esta oferta engañosa, lo hacen con el sacrificio necesario para que sus hijos sí tengan el nivel adecuado de formación. Así ni se ganan puestos en las encuestas de PISA, ni se rebaja realmente el fracaso escolar, porque solo se enmascara con un buen coladero de suspensos. No hará falta abandonar el sistema educativo porque el suspenso será una forma normal de permanecer en él. En este sentido, el Consejo de Estado critica que la nueva norma no dedique ni un euro al abandono escolar.

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