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Un Gobierno agotado

Que haya o no crisis de gobierno es en buena medida irrelevante, porque hay un problema de fondo, y es el proyecto político personalista y partidista que dirige Pedro Sánchez

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Desde el revés infligido al PSOE por el PP en las elecciones autonómicas de Madrid, la posibilidad de una crisis de gobierno es una sombra que acompaña a determinados ministros de Pedro Sánchez. Puede que la expectativa de entradas y salidas en el Consejo de ... Ministros no sea más que uno más de los globos sonda que lanza el gabinete dirigido por Iván Redondo. Nada hace más obediente a un ministro que el temor a un cese. Políticamente España necesita no una crisis de gobierno, sino un cambio de gobierno, pero la condición previa es que Pedro Sánchez dimita y convoque elecciones. Si aplicara un criterio ético a su responsabilidad política, Sánchez tiene muchos motivos para dar por terminada la legislatura. La derrota en Madrid, la fuga de Pablo Iglesias, los indultos a los sediciosos, la gestión de la pandemia, los ridículos diplomáticos, el caos en Interior, las improvisaciones económicas y el descrédito del propio jefe del Ejecutivo son razones que a cualquier gobernante medianamente sensato llevarían a dar la palabra a los ciudadanos. No es el caso de Pedro Sánchez.

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