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A qué se ha dedicado Iglesias

Básicamente, el líder de Podemos no ha rendido ni lo mínimo que es exigible a un vicepresidente. Se ha dedicado a liderar un contrapoder interno al sector socialista y tecnócrata del Gobierno. Y ya está

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Pablo Iglesias es un político que ha perdido el principal activo con el que inició su vida pública: la novedad. A Iglesias ya se le conoce lo suficiente como para saber que su acción política es tan vacía como sus ideas. Es cierto que puso ... en marcha un partido, Podemos, al que él ha maltratado en muy poco tiempo, cayendo en picado elección tras elección, forzando deserciones de estrechos colaboradores, alimentando escisiones y comprando papeletas para ser sentado en el banquillo de los acusados por alguna de las diversas causas judiciales abiertas en los tribunales. Su discurso era el de un descubridor de obviedades y el de un pájaro de mal agüero, porque para Iglesias España tenía que ser un país del tercer mundo, asolado por el hambre infantil, la carencia de servicios básicos y el predominio de una casta oligárquica. Como los resultados electorales de Unidas Podemos han ido de mal en peor, Iglesias se abrazó al poder con el PSOE como quien se agarra a un salvavidas. Pero la inanidad de Iglesias no hizo otra cosa que ganar publicidad desde el Gobierno y, más aún, desde toda una Vicepresidencia segunda. Supuesto responsable de las políticas ‘sociales’ del Ejecutivo, Iglesias ha demostrado lo que la historia tenía acreditado: que un comunista, entre otras cosas, es un pésimo gestor.

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