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David Gistau

Dios colérico

Aquí no necesitamos partidas de activistas como los de Arran para que nos regulen el cupo de turistas

David Gistau

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En los veraneos de la Montaña -quiero hacer un club de gente que aún llama la Montaña a Cantabria- tenemos resuelto el problema de la masificación turística. Para empezar, gracias a haber tenido la astucia de interponer entre nosotros y el Mediterráneo pagano y bacante ... unas cuantas cordilleras y áridas estepas celtíberas por las que aún cabalga la sombra rebelde, inaprensible, de Sertorio. Estas defensas naturales antes las cuales dudaron legionarios y sarracenos, a pesar de que ahora existen autovías que confieren en el recuerdo un aroma glorioso a mis viajes de infancia, se antojan infranqueables para todo beodo sajón que se perfile en el horizonte vestido inadecuadamente, tocado con un sombrero mexicano y montado en un burro-taxi. Será embreado y emplumado en el puerto del Escudo y devuelto como admonición a Magaluf .

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