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Diagnóstico negativo

SI socialistas y populares discrepan en las recetas para salir de la crisis, sus votantes, en cambio, comparten percepciones sobre la gravedad de sus consecuencias. Según el sondeo de DYM, unos y otros consideran que los problemas más graves son, por este orden, el paro ... y la situación económica. La crisis se ha puesto de manifiesto de manera tan evidente que su aceptación trasciende ideologías. El miedo a perder el puesto de trabajo domina la opinión ciudadana y explica el freno de las familias al consumo, pese a la caída de los precios. La crisis de confianza se refleja como el telón de fondo de las crisis financiera, inmobiliaria y laboral, cuya gravedad pone a España en una órbita diferente de aquella en la que se mueven los principales países de la Unión Europea. Y si el presente preocupa, el futuro no ofrece alternativas a medio plazo. Más de la mitad de los encuestados considera que en 2010 aumentará el desempleo y bajará el poder adquisitivo de las familias. En este contexto, adquiere una gravedad cualificada la impresión que tiene una gran parte de los encuestados, acerca de que la crisis económica empeorará la convivencia con la población inmigrante. Ahí tiene el Gobierno expuesta una gama de síntomas sobre la opinión real de la sociedad, que oscila entre la preocupación y el pesimismo, pasando por el temor a un estallido social provocado por la crisis. Ahora bien, los ciudadanos tampoco quieren experimentos políticos que no tengan un beneficio claro y, por esta razón, la mayoría cree que la moción de censura no estaría ahora justificada. Incluso entre los votantes del PP, un 22 por ciento mantiene este criterio, frente al 56 por ciento.

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