Desgitanizar
Con alguna excepción, cada vez que aparece Rosalía se la venera como a Moisés con las tablas

A veces creo (he visto mucha tele y leído mucha basura) que cuando Rosalía sale a cantar esparce unos polvos mágicos que dejan atontada a la gente. Polvos que traspasan las pantallas, no hace falta estar en directo escuchando a la joven mesías del chándal. ... O tiene la cucharilla hipnotizante de «Déjame salir». Sea lo que sea, cada vez que aparece se la venera como a Moisés con las tablas. Ahora hemos descubierto a Los Chunguitos, cuyo nombre viene de su afición infantil a apedrear trenes («¡Qué chunguitos que sois!», les gritaba la familia). O «Deprisa, deprisa», de Carlos Saura, que utilizaba esa canción. Pero a las gitanas feministas (a unas gitanas feministas de Twitter) les parece que Rosalía interpretando «Me quedo contigo» en los Goya «ha despojado [a la canción] de su carácter original, la ha desgitanizado. Y eso a España le gusta». A España cuando le preguntas qué es lo que más le gusta dice desgitanizar. Más que ir a bares.
Supongo que le gusta a España (polvos, cucharilla), a Los Chunguitos y a las Azúcar Moreno, sus hermanas. Gitanos todos. Que lo han dicho. Pero vivimos en una «sociedad payocéntrica». Otro descubrimiento. Quizá si a Toñi Salazar le sueltan eso de payocéntrica saldrá con que no le hablen en inglés, como cuando Julio José Iglesias le preguntó si en su casa había wifi. «El Pueblo Gitano (sic) está muy falto de referentes positivos, no porque no los haya sino porque, como ha ocurrido esta noche con «Carmen y Lola», la sociedad paya insiste en mostraros sólo estereotipos negativos. Es por eso que reivindicamos el reconocimiento de nuestros artistas». A mí me gustan Los Chunguitos más que Rosalía, dónde va a parar, ¿pero Los Chunguitos son «referentes positivos»? Hombre, soltaron en «GHVIP» que antes tendrían «un hijo deforme o con una enfermedad que maricón». Y confesaron haber abandonado a un perro en una gasolinera. Luego pidieron mucho perdón.
Con tanta acusación de apropiación cultural no podemos cantar nada. Ni «Soy gitano y vengo a tu casamiento» ni «Soy infeliz». ¿Eres infeliz o una farsante? Por no hablar de El Príncipe Gitano perpetrando «In the ghetto» en inglés. Yo veo entrar a Miren Ibarguren en su primera escena de «Arde Madrid» con todo ese farruquitismo a su alrededor y me rindo a la apropiación cultural. Además, como diría Picasso, un artista copia y un gran artista roba. Y si no lo dijo, es verdad. En el Hay Festival de Cartagena de Indias, Zadie Smith, escritora medio negra, ha asegurado que la identidad es una gran molestia (literalmente, un grano en el culo). Que el privilegio de las personas blancas era que no tenían identidad. El otro día, la pelma cuqui de Alexandria Ocasio-Cortez (otra a la que se mira como a Rosalía) reconoció su privilegio como «mujer cisgénero». La congresista de Nueva York dijo que nunca podrá entender el trauma de ser transgénero. ¿No puedes entender muchas cosas por no serlas? ¿Dejamos a Tolstoi o a Flaubert que escriban sobre mujeres? Porque a este paso… Al autor de «Madame Bovary» se refirió Zadie Smith como ejemplo del poder de la imaginación, de la que se reprueba. Las mujeres se han sentido cercanas a esas mujeres falsas inventadas por hombres. Bueno, yo de la idiota de Emma Bovary nunca me he sentido cercana. En todo caso, eso no sería la vida real. La ficción es fundamentalmente irresponsable. Como la apropiación cultural.
Han hecho que me acuerde de aquellos gitanos murcianos a los que echaron de una casa y se quejaron en la tele: «Ni que fuéramos negros». No sé si habría que desgitanizarlos o desmurcianizarlos.
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