Vidas ejemplares

Cruz tiene razón: «No todo vale»

La mala relación del sanchismo con la verdad es inadmisible

10/09/2019
Actualizado a las 23:59h.

Tenía razón ayer el presidente del Senado, el socialista Manuel Cruz, cuando tras ser descubierto por ABC en plagio flagrante remarcaba con deje irritado que «no todo vale». En efecto, señor Cruz: no todo vale. Por ejemplo, un distinguido filósofo y catedrático no puede apropiarse ... del trabajo ajeno en libros propios, con los que además se lucra. Tampoco resulta admisible que el plagiador falte a la verdad para excusarse, como hizo usted ayer hablando de «mínimas coincidencias», cuando ABC ha aportado ya una treintena de ejemplos de párrafos plagiados. Tampoco es de recibo que sin estudiar siquiera el caso las figuras del PSOE salgan en tromba a defender a Cruz y condenar preventivamente al periódico. Y es lamentable que el coro de ofendidos y sus apoyos mediáticos no tengan otro afán que evitar que el nuevo escándalo salpique a un plagiador de relieve: el presidente del Gobierno, que fusiló textos ajenos en su tesis doctoral y también en el libro que luego publicó basándose en ella, según reveló en el primer caso ABC y en el segundo, «El País».

Filósofo y político, el barcelonés Cruz, de 68 años, catedrático y hoy presidente del Senado por el PSC, publicó en 2002 y reeditó en 2010 un manual de «Filosofía contemporánea» que contiene numerosos plagios. Las pruebas aportadas por los periodistas Javier Chicote y Daniel Tercero son irrefutables. No se puede discutir si una pared es blanca o negra: está ahí. Cruz se ha apropiado de textos colegas sin acreditar la fuente. Una práctica académica inadmisible, que en las grandes democracias conlleva la dimisión si la comete un político.

Siendo execrable que un pensador de categoría incurra en tan cutres amaños, casi es peor el comunicado con que ha tratado de excusarse, enviado por WhatsApp y donde ridículamente se elogia a sí mismo en tercera persona para defenderse, diciendo que estamos ante «un catedrático riguroso y un autor prolífico y reconocido». Pero lo que se evalúa aquí no es su currículo, sino si en un caso concreto incurrió o no en plagios. En relación al tema mollar, el filósofo alega que «lo publicado por ABC se refiere a mínimas coincidencias». Mentira: las coincidencias son reiteradas y descaradas. Llegamos así al problema medular, que es moral: desde la llegada de Sánchez al poder, el concepto de verdad se ha vuelto elástico en la vida pública. Vivimos bajo el imperio de la propaganda. En la España de hoy, una falsedad bien vendida por el aparato de marketing del Gobierno y sus aliados mediáticos logra enterrar los hechos. Por eso la ministra de Educación y portavoz, Isabel Celaá, se apresuró ayer a primera hora a declarar que no había nada, solo «un texto literal de dos líneas». Otra mentira más: en lo publicado por ABC el primer día no había dos líneas copiadas, había 103.

Cruz será forzado a aferrarse al cargo, pues su dimisión, aun siendo obligada, señalaría a otro autor que también debió irse por sus fraudes en trabajos académicos: Sánchez. Plagiar a manos llenas se llama ahora «pequeñas coincidencias». El deterioro de la verdad es lo más nocivo que ha traído este Gobierno.