La crisis de Barcelona se internacionaliza

La embajada de los Estados Unidos ha lanzado un comunicado en el que advierte a los ciudadanos americanos del incremento de robos y delitos violentos cometidos en Barcelona. Pese a lo intentos del Ayuntamiento y la Generalitat minusvalorar la dimensión del problema, la crisis de seguridad que vive la capital catalana ya se ha internacionalizado si tenemos en cuenta las alertas que se vienen lanzando desde el exterior referidas al aumento de la delincuencia, como así recogía estos días algún periódico de Alemania, otro de los tradicionales silos de visitantes de nuestro país. Desde 1992, Barcelona ha experimentado un formidable empuje turístico que ahora se ve truncado tras solo cuatro años de gestión municipal de los populistas comandados por Ada Colau, que ha provocado un deterioro evidente en la ciudad, descuidando un aspecto esencial como es el de la seguridad. Nada ha ayudado a desmentir esta crisis una diplomática surcoreana muriese por las heridas provocadas por un robo por el procedimiento del tirón del que fue víctima o que el actual embajador de Afganistán fuese atracado en pleno centro urbano barcelonés. Incapaz Colau de activar un plan específico de seguridad que contenga esta ola de delincuencia callejera, la resolución de esta crisis atañe también a la Policía autonómica que debe suplir la incompetencia del Consistorio (donde ahora los populistas gobiernan con el PSC) para devolver a las calles barcelonesas los estándares de seguridad que mantienen otras grandes capitales españolas. Pero la Generalitat está a lo suyo y despacha con esa irresponsable displicencia cualquier asunto que no tenga que ver con el «procés». Se fueron yendo las empresas y como esto siga así se terminarán por ir los turistas, una de las principales fuentes de ingresos de Cataluña, aproximadamente el 12 por ciento de su PIB.