Enfoque
Boris se come el mundo
Brexit a cualquier precio
No haya lugar a equívoco. Quienes creen que los conservadores que siguen fieles a la actual dirección del partido asumen que van a fracasar están muy equivocados. No tienen ninguna duda de que el 31 habrá Brexit con o sin acuerdo. Ayer cerraron un congreso ... que ha contado incluso con la zancadilla del Tribunal Supremo, que por primera vez en la historia del país dijo que el Parlamento no podía estar en receso durante el congreso de un partido. Y Boris fue aclamado en su denuncia de la Cámara de los Comunes: «Si nuestro Parlamento fuera “Supervivientes” nos habrían echado a todos de la jungla. ¡Pero al menos habríamos podido ver al speaker de la Cámara [el conservador John Bercow] siendo forzado a comerse el testículo de un canguro!». Johnson advirtió que la derrota del Brexit este mes implicaría otro referendo en Escocia y otro sobre la pertenencia a la UE. «¿Otros tres años así? (...) Me temo que tras tres años y medio la gente empieza a sentir que les han tomado por idiotas. Empiezan a sospechar que hay fuerzas en este país que simplemente no quieren un Brexit».
El Gobierno británico presentó ayer una alternativa al acuerdo de May que pasa por modificaciones en la salvaguardia irlandesa. «Si no conseguimos un acuerdo por algo que es, esencialmente, una discrepancia técnica sobre el tipo de controles aduaneros que tendremos en el futuro, mientras esa tecnología mejora cada día, entonces es mejor que no haya duda de que la alternativa es que no haya acuerdo».
En estos tiempos en que cierta derecha se avergüenza de sus orígenes, Johnson reivindicó la necesidad de «crear una plataforma económica dinámica para un capitalismo de libre mercado. Sí, lo han oído bien, capitalismo. Somos el partido de la Seguridad Social precisamente porque somos el partido del capitalismo».
El Partido Conservador no es un partido apocado por las derrotas parlamentarias, ni en el Tribunal Supremo. Es un partido engolado por las encuestas en las que los 17,4 millones de británicos que votaron por el Brexit -el mayor respaldo de la historia británica a una causa- se rebelan contra un Parlamento que no acepta la celebración de elecciones. Mejor sería que acabásemos con esta pesadilla de una vez y si no aceptan el acuerdo firmado por Theresa May, que Dios los ampare.