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El ángel y el león

Clarence es el ángel que baja a la Tierra con un libro de Mark Twain para salvar a George Bailey (James Stewart) y así ganarse las alas en la inolvidable película de Frank Capra ¡Qué bello es vivir!. Metáfora de la importancia que cada uno ... tiene en la vida de los otros. en momentos como los de la depresión económica surgida tras el desastre de 1929. El insoslayable «factor humano» que recordaría Graham Greene. Al Real Madrid le hace falta un entrenador que sea ese ángel bueno que le saque del pantano cenagoso en el que está. Un entrenador con plenos poderes. Alguien que decida quién viene y quién se va, y que lo decida él porque él es quien tendrá que lidiar con ellos jornada tras jornada. Alguien que diga: si doy la cara en las ruedas de prensa, la doy con todas las consecuencias, asumo mis errores, pero no los de otros. Ya digo, Juancho, un ángel. Hay 28 jugadores en plantilla, parece que se piensa, como mínimo, en seis fichajes, sumarán 34, y la nueva Junta directiva quiere 25, que es algo razonable. Así las cosas, sobrarían 9, con los que, supongo, se pensará hacer caja, aunque el valor económico de todos ha bajado tanto como los créditos. El ejemplo de Guardiola, ese ángel callado del Barcelona, es luminoso. ¿Quién se acuerda de Beguiristain? Claro que Clarence también se llamaba el león bizco de la serie de televisión de nuestra infancia Daktari. Quien tenga que elegir que no se equivoque. Hace falta un ángel lector de Twain, no un león bizco en medio de la selva.

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