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Tribuna abierta

Cuando lo disruptivo en Cataluña es hablar de España

«En la Cataluña debilitada por los excesos del independentismo, sigamos trabajando para normalizar la idea de España»

Adam Casals

Cuando Jordi Pujol ordenaba esconder las ‘esteladas’ que los jóvenes de las juventudes de Convergencia lucían en los mítines, su socio era la Unió Democràtica de Duran i Lleida, miembro del Partido Popular Europeo y candidato a socio natural del PP español. Eran los tiempos ... del llamado ‘oasis catalán’ y quizás por ese motivo las conversaciones secretas, que las hubo y en Sitges, no llegaron a buen puerto. El plan, crear una franquicia del PP en Cataluña, inspirada en una CSU bávara o UPN navarra; un partido con un compromiso firme del catalanismo moderado con la unidad de España y con Europa -sin prejuicio de los rasgos diferenciales-; una ‘mélange’ que debiera llevar al PP a ser relevante en Cataluña y por ende acercarlo a la gobernabilidad nacional. Como cuadratura del círculo, se habrían frenado la radicalización de Convergencia, la polarización en el conjunto de España, y acercado el país a la centralidad. No salió bien; se normalizó la noción de «independencia» y UDC acabó extinta.

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