Dieciséis teléfonos acorralan al exjefe de la UDEF de Madrid

La Policía ha logrado extraer toda la información de los móviles hallados en la casa de Ignacio Torán, el socio narco del exjefe de la UDEF de Madrid, Óscar Sánchez. Los datos obtenidos acorralan aún más al agente

La Audiencia Nacional mantiene en prisión al exjede de la UDEF al que le localizaron 20 millones empareados en su casa

Coches de lujo intervenidos a la red del exnspector jefe de la UDEF de Madrid ABC

Cuando Asuntos Internos y el GEO entraron en el chalé de Villalbilla (Madrid) del inspector jefe Óscar Sánchez el pasado 6 de noviembre ya tenían grabado a su compañero reuniéndose con narcos -supuestos confidentes-, conversaciones y audios comprometedores, operaciones de tráfico de ... drogas reconstruidas y todo un arsenal de indicios contra él, clarísimos a partir de la interceptación de un contenedor en Algeciras (Cádiz) con 13 toneladas de cocaína el 14 de octubre.

Sabían que era un policía corrupto pero fue una sorpresa que acumulara más de 20 millones de euros en efectivo entre esa vivienda, su despacho en la Jefatura de Policía de Madrid y un chalé en Denia (Alicante) y también que llevara un registro completo en su teléfono móvil personal de dónde estaba escondida cada partida de dinero recibida de los traficantes, la lista de las comisiones cobradas o el pastizal invertido en criptomonedas.

Un 40 por ciento para él de cada partida de cocaína, otro 40 por ciento para Ignacio Torán, su socio, y el resto a repartir entre los demás implicados. «Llevaba todo detallado en el teléfono para no olvidarse de cada escondite y porque en el fondo se sentía impune. Ni siquiera tenía una clave especial», apuntan fuentes de la investigación. Las anotaciones de su móvil coinciden al 98 por ciento con lo que se ha descubierto, entre otros datos, de la llegada a España de más de 30 toneladas de cocaína con su colaboración. «Hacía lo que le daba la gana». Los controles policiales sobre su Unidad fueron de todo menos eficaces, según reconocen los propios investigadores. Los 550 contenedores que grabó en las bases de datos deberían haber hecho saltar todas las alarmas.

En la operación Augur ya existían miles de audios y fotos que se lograron gracias al desencriptado de conversaciones mantenidas por los investigados vía Sky ECC, la aplicación heredera de Encrochat, en las que se referían a Sánchez como 'Aduana'. Los agentes tenían cientos de conversaciones que habían mantenido por esa vía Torán y otros miembros de la organización o individuos pendientes de identificar en algún caso. El 9 de julio de 2020, por ejemplo, Torán le envía a un individuo con el alias Jhon Snow una foto de un contenedor y le dice que se ha «coronado»; luego varias fotos, una de ellas una placa de cocaína. «Ya entregué a Chinchón. Mañana le doy plata».

Además, Asuntos Internos mantuvo una decena de teléfonos de los sospechosos intervenidos por orden judicial entre junio y noviembre del año pasado y escuchó conversaciones clave entre Torán y Sánchez tras la caída de las 13 toneladas de coca, pero aun así el narcosocio se mantenía cauteloso, consciente de que les podían estar grabando.

Nuevo informe

Ahora, los investigadores han entregado un nuevo informe a la Audiencia Nacional con el contenido de la mayoría de los teléfonos intervenidos en noviembre cuando se llevaron a cabo quince detenciones, entre ellas la del policía, su mujer, su cuñada y su socio. Los expertos informáticos de la Comisaría General de Información han conseguido recuperar el contenido de los 16 móviles hallados en el piso de Torán, en libertad provisional desde abril.

Las conversaciones halladas en los volcados de los dispositivos son explícitas y permiten seguir el hilo de las partidas de droga que entraron durante años con Sánchez a sueldo de la trama, cómo se gestaron las operaciones y un sinfín de detalles, pero además el contenido recuperado acorrala aún más al policía porque evidencia su papel esencial de líder o colíder de la organización, según fuentes policiales, al mismo nivel que su socio/confidente, si no más.

Hay detalles reveladores que no se habían descubierto hasta ahora. El contacto del policía tampoco se limitaba a su socio y a los miembros de la estructura de blanqueo imprescindibles (la administradora Almudena Sánchez o el abogado Mario Pestaña), sino que él mismo impartía órdenes a los empleados de Torán, tanto a los que actúan como 'mulas' o correos de droga y dinero, caso de los hermanos Sarmiento, como a algunos de los testaferros.

Sin noticias del dinero de Torán

El volcado de los 16 teléfonos del presunto narco no ha revelado, en cambio, algo que se persigue con ahínco por parte de Asuntos Internos y de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) Central: dónde está el dinero de Torán que los agentes cifran como mínimo en la misma cantidad que acumulaba el policía; es decir, más de 20 millones en efectivo además de otros 6 o 7 desviados a través de un exchange de Barcelona. Es el mínimo que se calcula que tiene escondido, pero puede haber más y no ha aparecido ni rastro, pese a todos los intentos. Su mujer también fue detenida y quedó en libertad tras prestar declaración.

A esa empresa de criptomonedas llegaron, según las pesquisas, bolsas y más bolsas de dinero en metálico desde el bufete en el que trabajaba el abogado Mario Pestaña. Los investigadores han cifrado en 100.000 euros al día de lunes a viernes (hasta un total de unos 6 millones) la cantidad que salía desde el despacho de Jefatura del inspector jefe y que acababa en manos del letrado, al que sitúan como el creador de las estructuras de blanqueo, una para Sánchez y otra para Torán.

El 'narcopolicía' Óscar Sánchez daba órdenes directas a las 'mulas' de su socio y confidente Ignacio Torán, que sigue en libertad

Este último pese a su papel de colíder está en libertad desde principios de abril tras darle la razón a su defensa la Sala de la Audiencia Nacional. Alegó que no había tenido acceso a los elementos esenciales de la causa y por tanto no se había podido defender. Está acusado de organización criminal, tráfico de drogas, cohecho, blanqueo de capitales y aprovechamiento de la revelación de secretos. En el registro de su casa quedó acreditado su poder adquisitivo solo con la multitud de relojes (Rolex, Patek Phillip…) y joyas que se le encontraron.

Su amigo y socio intentó la misma maniobra pero no le salió bien. La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ratificó hace poco más de un mes la prisión del policía, que está en el módulo de funcionarios de la cárcel de Estremera (Madrid). El auto recordaba los indicios contra Óscar Sánchez por los millonarios pagos recibidos a cambio de los servicios prestados. En su caso persiste el «evidente» riesgo de sustraerse a la Justicia.

Riesgo de fuga

«Su supuesta integración en una organización delictiva y las elevadas cantidades de dinero que parece manejar posibilitarían su desplazamiento al extranjero o su ocultación en España con la finalidad de evitar enfrentarse a la imposición de graves penas de prisión. Y su arraigo familiar no constituiría un freno importante para evitar ese riesgo, dadas las consecuencias sociales y profesionales que puede acarrearle una condena por hechos de tal gravedad al ser cometidos por un funcionario público», señaló la Sala.

La operación Augur acumula ya una treintena de detenidos, de los que 14 continúan en prisión (uno en prisión atenuada por enfermedad) ocho meses después de las primeras actuaciones. Entre ellos está Sánchez, pero no Torán, como se ha dicho. Con el mismo argumento que el juez Francisco de Jorge se vio obligado a poner en libertad al narco salieron de la cárcel otros seis implicados. La mujer del agente, Noelia Ruiz, y su hermana Yolanda, administradora de Pumba, la sociedad montada para canalizar el blanqueo, también quedaron libres.

El objetivo ahora de los investigadores es acelerar la instrucción para poder sentar en el banquillo cuanto antes a esta trama de narcotráfico y corrupción en la que tras el volcado de los teléfonos y varios análisis patrimoniales no han aparecido más policías implicados de los ya conocidos: Sánchez, su mujer y un agente destinado en el Senado que consultó matrículas de coches. «Óscar es demasiado ambicioso para compartir», apuntan quienes le conocían.

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