Elena Anaya: «He tenido la abuela más supersticiosa del planeta»

La actriz da vida a Lupe, una exteclista de la Movida agorafóbica y marcada por una tragedia familiar, en «Todos están muertos»

pablo pazos

01/06/2014
Actualizado 02/06/2014 a las 13:30h.

Elena Anaya levantó el pie del acelerador después de estrenar en 2011 « La piel que habito », de Pedro Almódovar . Apenas otro título, « Pensé que iba a haber fiesta », en los últimos tres años. «Esta etapa me la tomé con mucha calma. ... Quería disfrutar con los míos, parar. Después de rodar con Pedro recibí guiones que no me seducían demasiado, y creo que en parte era porque tenía un guión extraordinario en mi mesa». Ese guión era el de « Todos están muertos », escrita y dirigida por Beatriz Sanchís , donde Anaya da vida a Lupe, una mujer que fue estrella del rock durante la Movida pero, ya en los noventa, vive marcada por la muerte de su hermano (Diego, el vocalista del grupo), incapaz de salir de su casa y de relacionarse con su madre y con su hijo.

«Yo a los 80 llegué tarde, los olí de cerca pero no me dio tiempo a disfrutarlos», explica durante una entrevista con HoyCinema . «Para convertirme en esa teclista tuve que bucear mucho; buscaba mujeres con mucho rollo, con mucho carácter y magnetismo. Hubo una mirada de una mujer de la época que me impresionó muchísimo. Y era Ana Curra». Tras pasar por Alaska y los Pegamoides, Curra formó Parálisis permanente con su pareja, Eduardo Benavente, fallecido en accidente de tráfico, al igual que Diego. «Me impactó la casualidad del guión. Esta historia llevaba escrita años. Bea [Sanchís] tampoco sabía lo de Eduardo Benavente y Ana Curra. Hay un disco que sacó, que se llama Volveré... Hay algo en esa mirada que me atraía profundamente».

No terminó ahí la preparación de un personaje que, al padecer agorafobia, exigía una aproximación especial. «Compartí testimonios reales con gente que muy generosamente me abrió su corazón. Se convierten en personas muy peculiares, con pequeños tics, muy rigurosos con el orden, con la hora. ¡Pero si estás todo el día en casa, no tienes que llegar a ningún sitio!», explica Anaya. En su búsqueda también halló en Internet tutoriales para superar ataques de ansiedad y pánico. «Es fascinante cómo se ayudan entre ellos».

Encontrado el dolor absoluto

El resultado es «un personaje que duele. Veo a Lupe y me duele porque veo tanta fragilidad, tanto susto y daño que dan ganas de pegarle una sacudida y decirle: “Venga, ahora para adelante”. Lo trabajé desde un lugar muy relajado pero encontrando el dolor absoluto. Su mirada tenía que transmitirlo». Lupe es incapaz de hacer frente a sus fantasmas y salir de casa. «Hay algo casi adolescente, un poco de Peter Pan, de evitar el crecimiento y mirar a los ojos a las dos personas que más quiere en el mundo, su madre y su hijo, que la necesitan absolutamente». Nada que ver con la propia Anaya.«Tengo un carácter fuerte y me gusta resolver las cosas al instante. He roto platos y me he tenido que arrepentir de muchas cosas y pedir perdón, pero cuando he tenido que hacerlo, lo he hecho».

La película , como sugiere el título tiene un punto sobrenatural. ¿Es supersticiosa Elena Anaya? «Sí, porque he tenido a la abuela más supersticiosa del planeta. Si iba por la calle y veía en una zapatería, en el mostrador, un zapato mal puesto, del revés, entraba y no se iba hasta que no lo ponían bien. Yyo le decía:“¡Que tenemos que llegar al colegio, que tengo examen!”».