Mil quinientos millones de puestos de trabajo dependen del agua

En la mayoría de los casos, las labores remuneradas están a cargo de hombres, mientras que el no remunerado se encarga a mujeres y a niñas. Es lo que ocurre con un trabajo indispensable, aunque poco reconocido, como la provisión de agua en zonas sin infraestructuras, resalta Carrión: «Hay una gran cantidad de mujeres y niñas que trabajan en todo el mundo acarreando agua, la mayoría sin sueldo, porque no se consideraba un trabajo. El número concreto no se ha estimado al completo precisamente porque hasta 2013 se creía una labor doméstica. Pero la Conferencia Internacional de Estadísticas del Trabajo emitió una resolución indicando que en lo sucesivo el acarreo de agua se consideraría un trabajo».

Ese trabajo, vital en zonas donde no hay suministro de agua potable, supone un coste de oportunidad para quienes lo realizan, que pierden la posibilidad de ir a la escuela por acarrear el agua a sus casas. Sin menospreciar el esfuerzo físico que supone, ya que el agua, en estas condiciones, tiene también un costo humano : «Estamos haciendo un informe con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) , donde se estudia el impacto en la salud física y mental de las mujeres», adelanta Carlos Crespo.

Los puestos de trabajo en el sector del agua se engloban en tres categorías: gestión de los recursos hídricos , incluida la restauración y rehabilitación de ecosistemas ; construcción, uso y mantenimiento de las infraestructuras hídricas; y prestación de servicios relacionados con el agua, incluido el suministro, saneamiento y gestión de aguas residuales.

El líquido elemento es indispensable para crear y mantener los puestos de trabajo en todos los sectores de la economía. «Si la economía es un ente vivo, el agua es la sangre que corre por sus venas», apunta Carrión. De ahí que la calidad y cantidad de agua sea tan importante para generar empleos: «La calidad de estos empleos y su cantidad depende directamente de la del agua. Y también la calidad de vida de los trabajadores», añade.

Aparte, hay que destacar que estos trabajadores «tienen un conocimiento especializado en todos los sectores. Y ese conocimiento debería ser explotado mediante el diálogo y la participación ». Incluso acarrear agua donde no hay abastecimiento, algo que no parecería a priori nada especializado, supone un amplio conocimiento en el terreno social. De ahí que desde la OIT se hicieran recomendaciones para dar mayor participación en el manejo de los recursos hídricos a las mujeres que acarrean el agua, «porque conocen el terreno social, y el costo del agua no solo económico, sino en energía y costo humano», apunta este experto.

«Reconocer, formalizar y organizar es un lema importante para mí», resalta Carlos Carrión. «Hay que reconocer a estos trabajadores, como hizo la OIT, pero además reconocerles también su participación. Formalizar: crear estructuras para esa participación, como documentos sobre protección social , estructura, y unos estándares mínimos para las condiciones de trabajo dignas y la formación que requieran. Organizar: darles la posibilidad de organizarse como grupo para tener derechos y ser oídos, para que su participación no pase desapercibida. Y también para que puedan ofrecer su conocimiento», detalla.

Haciendo números, la mitad de la mano de obra mundial está empleada en ocho sectores que dependen del agua y de los recursos naturales: agricultura, bosques, pesca, energía, producción con uso intensivo de recursos, reciclaje, construcción y transportes. En España, el sector del agua genera 38.000 empleos directos y representa el 0,3% de los insumos que requieren otros sectores de actividad. El agua es relevante para muchas actividades clave en la economía española ( turismo, hostelería, agricultura, energía, industria química, alimentaria, textil, papelera , etc.). Y el sector tiene un peso específico significativo en términos de PIB, el 0,65%.