Papá Noel trae dos aviones no tripulados a los conservacionistas de ballenas
El grupo Sea Shepherd, acusado de «ecoterrorismo» por Japón, podrá, así, localizar y hacer el seguimiento de la flota ballenera del país nipón desde una cierta distancia
Papá Noel trae dos aviones no tripulados a los conservacionistas de ballenas
Papá Noel se ha aliado con las ballenas: les ha regalado dos aviones no tripulados a Sea Shepherd Conservation Society (Sociedad Conservacionista Pastor Marino) para que velen por la seguridad de estos grandes cetáceos. Santa Claus ha cruzado el océano Ártico para ... plantarse en el Antártico y comprobar cómo la flota japonesa merodea próxima al Santuario de Ballenas Austral .
Los ecologistas pudieron fotografiar al buque-factoría japonés «Nisshin Maru» en Nochebuena, pese a que otros tres navíos lo custodiaban para impedir el «acoso» del grupo conservacionista.
«Les hemos cazado al oeste de Perth», ha señalado el fundador de Sea Shepherd, Paul Watson , en declaraciones telefónicas a Reuters desde su buque insignia «Steve Irwin». «En los próximos días les perseguiremos. Hemos puesto rumbo al sur» ha explicado.
Primera encontronazo
Se trata del primer contacto de la temporada entre la flota ballenera japonesa y los activistas de Sea Sepherd, grupo radical conocido por sus decididas acciones para proteger a las ballenas: desde abordajes hasta lanzamientos de bombas fétidas . El Instituto de Investigación para Cetáceos japonés, que regula la caza anual de ballenas, acusa a Watson de «ecoterrorismo» .
Watson ha explicado que los dos aviones no tripulados, adquiridos con las aportaciones de simpatizantes de Nueva Jersey (Estados Unidos), les permitirán localizar y hacer el seguimiento de la flota ballenera desde una cierta distancia. No obstante, tres buques de Sea Shepherd navegan ya en aguas del Antártico a la espera de los balleneros.
La flota ballenera japonesa del Antártico tiene previsto cazar a unas 900 ballenas esta temporada, unas capturas defendidas por el Gobierno nipón como actividades con fines científicos , pues la pesca comercial de ballenas finalizó de manera formal en 1986, gracias a una moratoria global. Sin embargo, gran parte de la carne de ballena acaba en los supermercados de Japón.
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