Samantha Vallejo-Nágera: «No puedo pasar una semana sin venir a Pedraza»
La chef del Canal Cocina encuentra en este paraje segoviano las mejores setas para sus recetas
Samantha Vallejo-Nágera: «No puedo pasar una semana sin venir a Pedraza»
Samanta llega puntual a la cita, a pesar de que su bici ha pinchado nada más salir de su casa. Su respiración delata el esfuerzo realizado, que, por otra parte, no cambia su talante amable y atento. Posa para las fotos cómodamente sentada - ... se lo ha ganado- a la entrada del pueblo, desde donde se divisa parte de su área de campeo, que le gusta recorrer a pie o en bicicleta. A ser posible, en sus paseos por el campo , prefiere ir acompañada, aunque confiesa que no siempre consigue compañeros para caminar durante nueve kilómetros o subir a alguna de las cimas cercanas. Aunque eso no es obstáculo para que paso a paso o a fuerza de pedales consiga disipar, incluso en solitario, el estrés acumulado en la ciudad por su fuerte ritmo de trabajo.
Samantha Vallejo-Nágera ha sentido desde siempre una inclinación especial por la naturaleza. De hecho, estudió paisajismo: «Siempre me ha gustado mucho estar al aire libre y el campo. Pero a los 18 no estás preparada para elegir. Yo tenía una vocación hostelera muy grande, aunque no me había dado cuenta. Lo descubrí por una apuesta». Una apuesta que la llevó a trabajar durante dos años en la cocina del restaurante Horcher, de Madrid. De ahí pasó a la escuela de cocina de Paul Bocuse , en Lyon, donde aprendió a organizar el trabajo en equipo. También se metió en la cocina de Arzak . Hoy es un referente en servicios de catering y, desde la pequeña pantalla, comparte su buen hacer a diario con quienes la siguen en Canal Cocina .
Pedraza se convierte en un refugio donde Samantha logra desconectar de su ajetreada vida en Madrid: «Odio quedarme un fin de semana en Madrid . No desconecto. Con un día aquí vuelvo a la ciudad nueva. Respiras aire fresco, duermes bien...». Y eso que su plan cuando está en este pueblo segoviano es de lo más activo: «Venir dos días a la semana es lo que me relaja, me ayuda a coger fuerzas para el resto de la semana. Aunque esté muy activa aquí, un paseo por el campo andando, corriendo o en bici, más que cansarme, me ayuda a descansar y a desconectar de la vida de Madrid», explica.
Sale desde Pedraza para dirigirse cada vez a un sitio, porque le gusta cambiar. Y siempre que está aquí procura hacer algo de deporte. El entorno natural de la zona está lleno de posibilidades: «Me gusta subir a la montaña, a Navafría , o bajar hacia el pinar, que es muy bonito, o recorrer las cumbres por la cuerda. Esto no lo hago a menudo por no ir sola. Me cuesta encontrar compañeros, pero siempre intento ‘engañar’ a alguien. Pero si voy sola prefiero ir cerca de la carretera». En ese caso, una de sus rutas favoritas es la que bordea la dehesa. Nueve kilómetros que dan para mucho: «He corrido maratones, dos veces el de Nueva York , el año pasado y hace dos años. Y me preparé aquí, en Pedraza, en este circuito de 9 kilómetros que bordea la dehesa».
Concurso de setas
En otoño, una de sus ocupaciones preferidas es salir a buscar setas: «Conozco cuatro clases de hongos, pero muy bien. Esta afición me crea adicción total. Luego hacemos concursos de setas. Tenemos piques, y algunas personas del pueblo no te dicen donde están las mejores. Aunque cojas pocas es muy divertido. Hay que hacerlo para entenderlo», comenta.
A principio del otoño, cuando aún las temperaturas no son muy frías, y también en primavera, opta por organizar comidas en el campo: «Me encanta ir con los niños y que aprendan otras formas de entretenimiento en la naturaleza». Incluso pescar, aunque, eso sí, sin muerte: «Esta mañana han ido a pescar con un cazamariposas y luego sueltan los peces ». Dice en broma que a sus hijos les gusta la naturaleza «porque no les doy opción, es una orden», aunque asegura que realmente se aficionaron desde muy pequeños. También la afición de Samantha viene desde la infancia, pues frecuenta Pedraza desde que tenía cinco años.
En verano a Samantha le gusta acercarse al río Cegas , que aún permite el baño en sus aguas. Y una opción muy divertida para los niños es «De pino a pino», en Navafría, un parque de aventura entre árboles, con tirolinas que hacen las delicias de los más pequeños.
Deporte de invierno
Con la llegada del frío y las primeras nieves, prefiere ir a la Pinilla a esquiar . En este caso se impone madrugar más, «para aprovechar el día». Y es que el entorno segoviano ofrece muchas posibilidades sin tener que recorrer grandes distancias.
Después de tanto ejercicio, asegura, lo mejor es un buen cordero de la zona. Aunque, eso sí, como no podía ser menos, lo guisa ella: «Yo me lo como en casa. Aquí es realmente donde cocino».
Desde septiembre su servicio de catering está también en Pedraza, lo que le permite pasar más tiempo en este lugar que tanto le gusta, sin necesidad de salir de aquí los fines de semana. Y con el trabajo al lado, le queda tiempo para correr un rato antes de ir a preparar una boda, asegura.
Samantha es tremendamente activa. Cuando no puede venir hasta este pueblo segoviano, corre en el Canal, patina en el Manzanares o monta en bici, aunque dice que en la ciudad le queda poco tiempo. Eso sí, no perdona sus clases de bikram yoga, «para hacer estiramientos en una sala a 40 grados. Es genial, porque sudas un montón y te quedas nueva. Es como volver a nacer».
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