Serena Williams reina de nuevo en Madrid

El saque condenó a Sharapova en un primer set en el que apenas pudo hacer peloteos largos. La dureza de Serena Williams al resto evidenciaba que la rusa debería cambiar su estrategia, imposible continuar la senda de responder con palos a los golpes fortísimos que llegaban del otro lado de la red. Pero a Sharapova le costó mucho entender que debía mover a su rival. Sus intentos por evitar los derechazos imposibles con el resto de Williams produjeron cinco dobles faltas, y el set se fue volando hacia su rival.

Su mente cambió en el segundo set. Cambiar el ritmo, pelotas cortas, largas, liftadas. Necesitaba un nuevo repertorio de golpes, mover a Serena. Siempre bien plantada en la pista y con la raqueta lista para lanzar sus cañonazos, durante toda la semana la número 1 del mundo había bajado el listón en las segundas mangas, cuando veía que el partido estaba decantado hacia su lado y dejaba que fueran las rivales quienes hicieran el trabajo. La rusa aprendió a cambiar el ritmo del encuentro y Williams no reaccionó, siguió su ritmo, esperando, esperando el momento adecuado para sacudir sus tremendos golpes. Sharapova se encontró con el premio en forma de break y forzó el bajón de Williams hasta el 3-1.

Le costó mucho reaccionar a Serena. Ya no podía manejar a su antojo a la rusa y su saque no fue tan definitivo como antes. Sufrió mucho con él en el 3-2, pero apretó los dientes y reconquistó la tierra perdida devolviendo el break. Serena es número 1 por muchas cosas, y su mentalidad ganadora es una de ellas. La rusa pagó su osadía. Entonces, ambas lograron equilibrar la contienda, la uno y la dos frente a frente, demostrando su nivel. El juego se volvió mental y allí, Serena Williams tuvo todas las de ganar. Ha aprendido a disfrutar del momento, del tenis y a verlo como una pasión. Se lo pasa bien y su alegría chocó frontalmente con las doce derrotas que cayeron como una losa sobre la mente de Sharapova. Tan lejos aquellas dos victorias en 2004.

Ambas mantuvieron su saque hasta el décimo juego, definitivo porque los miedos atenazaron su brazo y volvieron los fantasmas del saque. Dos dobles faltas terminaron por sentenciar el partido a favor de la número 1 que mantiene su posición y entra en la historia del Mutua Madrid Open porque es la única campeona que gana de forma consecutiva. Título numero 50 para Serena Williams, que consolida su nivel, su mentalidad, su alegía en la pista. Nuevo baile para ella en Madrid.