Nadal-Wawrinka: la batalla final

«La final es el partido más importante de toda competición, porque la diferencia entre ganar y perder es mayor», aseguró ayer un Nadal mentalizado para la victoria. «Cuando se compite, se compite para ganar, no para jugar. Yo voy a salir a ganar», advirtió el mallorquín, que ha ganado cuatro de las seis finales que ha disputado este año. El hecho de jugar en casa le da un punto extra de motivación y de apoyo: «A todos nos gusta sentir que la gente te quiere y te apoya. Mañana será un día bonito. Ojalá que la gente disfrute del duelo y me ayude a ganar».

No se lo pondrá fácil el suizo Stanislas Wawrinka, situado en el puesto 15 de la ATP y que ayer derrotó por 6-3, 4-6 y 6-4 a Tomas Berdych , el actual número 6. Nadal deberá demostrar que esos diez escalones de diferencia en el ranking no son por casualidad. El jugador suizo, habitualmente a la sombra de su compatriota Roger Federer, se ha ganado a pulso la presencia en la gran final. Además de a Berdych, cortó las alas a una de las sensaciones del torneo, el búlgaro Grigor Dimitrov, y al francés Jo-Wilfried Tsonga, número 8 en el escalafón.

Wawrinka no ha vencido a Nadal en ninguno de los partidos que han disputado. Sus cara a cara se han resuelto con ocho victorias a favor del balear. Esto no tiene que provocar un exceso de confianza en Nadal, porque el suizo llega a esta final en uno de los mejores momentos de su carrera. «Estoy muy tranquilo para el partido. No me juego la vida», manifestó el jugador en rueda de prensa. El suizo es consciente de que la presión recae sobre Nadal y juega con ello. Tiene poco que perder: «Es el más grande en tierra batida. Va a ser muy complicado ganarle. Para mí esta es la final soñada, en Madrid y contra Rafa».

Un factor que puede jugar a favor del español es el posible cansancio en Wawrinka. El suizo, que la semana pasada se proclamó campeón en Portugal, ha tenido que disputar un partido más que el español. Además, ha llegado al tercer parcial en sus dos últimas citas. Por último, Rafa Nadal ha contado con más descanso ya que su duelo contra Andújar terminó a media tarde, mientras que el del helvético contra Berdych no se cerró hasta las 9 de la noche.

Nadal sólo tuvo que jugar tres sets contra David Ferrer en cuartos de final, donde estuvo cerca de perder. El ciclón balear arrasó en semifinales a Pablo Andújar, que no entró en el debate hasta el segundo set. Tras un apabullante 6-0, con numerosos errores no forzados de Andújar, éste salvo el honor.

Será la quinta final de Nadal en el Masters 1.000 de Madrid, la cuarta en la Caja Mágica. El rey de la tierra batida tiene un recuerdo muy especial para la final de 2005, cuando con 19 años venció a Ljubicic: «Uno de los momentos más bonitos y emocionantes de mi carrera». El hecho de que el mallorquín haya estado presente en cuatro de las cinco finales disputadas en este recinto es una muestra de lo bien que se le da este torneo. En 2009 se quedó a las puertas del triunfo contra Roger Federer, un año más tarde conquistó el título ante el suizo, y en 2011 fue Novak Djokovic quien derrotó a Nadal. El de Manacor busca sumar su quinto título en un 2013 espectacular. Este año ha ganado 30 de los 32 partidos que ha jugado. Va a por el 31. Tiene hambre de títulos en la séptima final de una temporada asombrosa.