La DGT, a la caza de los coches zombie

Además, el Gobierno obliga desde este enero de 2023 a las ciudades de más de 30.000 habitantes a tener las llamadas Zonas de Bajas Emisiones, en las que los vehículos más antiguos no tendrán cabida, ya que aquellos con etiqueta medioambiental A no podrán circular ni estacionar por las mismas.

Ante esta tesitura, la Dirección General de Tráfico está poniendo mucho hincapié en la persecución de aquellos vehículos que no se encuentran en puntualmente aptos y controlados en relación a su estado mecánico. Va a la caza de los coches zombie, que nada tienen que ver con series como The Walkind Dead o The Last of Us, sino con su estado de abandono.

¿Qué es un coche zombie? Es todo aquel que ha sido dado de baja temporalmente, pero sin embargo sigue circulando, lo que desemboca en infracciones legales y de seguridad por parte del conductor. Cualquier vehículo con una baja temporal no puede circular, y sólo recuperaría su título de apto para su uso si se da de nuevo de alta, algo que no está ocurriendo con demasiada frecuencia.

No en vano, tras la pandemia se estima que hasta un 50% de los vehículos dados de baja son bajas temporales, pero los mismos siguen circulando, lo que los convierte en los denominados coches zombie que persigue la DGT.

Las razones para perseguir este tipo de vehículos que circulan por las carreteras pero están dados de baja temporalmente son las siguientes:

- No tienen seguro en vigor, por lo que suponen un riesgo en caso de accidente.

- No pasan la ITV, por lo que pueden estar en mal estado y ser peligrosos para ocupantes y resto de usuarios de la calzada.

- No se lleva un control de las emisiones, por lo que suponen un perjuicio para el medio ambiente.

- La baja temporal facilita las transacciones fraudulentas a través de la venta ilícita de piezas o la exportación a otros países para su posterior venta en el mercado negro.

Cuando alguien tramita la baja temporal de un vehículo suele deberse a distintas circunstancias: no se utilizará el vehículo durante una larga temporada (evitando los gastos como seguro, ITV o impuestos), el propietario viajará al extranjero y no utilizará el vehículo; el vehículo ha sido robado pero existen esperanzas de que sea recuperado; o necesita su propietario reducir gastos y decide no circular con el vehículo, pero no desprenderse de él.

Las bajas temporales permiten volver a dar de alta el vehículo una vez se realice la gestión a través de la DGT. Sin embargo, las bajas definitivas implican llevar el vehículo al desguace de inmediato.