Estas son las sillitas infantiles cuya venta se prohibirá en breve

Y es que la llegada de la R129 las actualiza y mejora. De hecho, aunque estas sillas seguirán siendo válidas y seguras, lo verdaderamente importante es usar de forma correcta una sillita homologada y escogida acorde a la talla del niño para así evitar el 75% de las lesiones en caso de siniestro.

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Por ejemplo, los avances de la R129 frente a la R44 se resumen en seis puntos clave. En primer lugar, obliga a usar el SRI a contramarcha hasta los 15 meses de edad, entre sus pruebas incluye un test de impacto lateral que en la R44 no es obligatorio, clasifica a las sillas por la talla del niño (su altura), y no por su edad o peso; en los test usa los dummies de la serie Q en vez de la serie P, que cuentan con sensores para medir la fuerza del impacto en diferentes direcciones.

También ofrece mayor compatibilidad con los automóviles y usa preferentemente el sistema de Isofix (aunque hay modelos que se instalan con el cinturón).

Asimismo, a primera vista una sillita R44 y una R129 son iguales, la diferencia está en la ingeniería y los materiales que se han usado para hacerlas. Por eso, si queremos saber en el momento de la compra bajo cuál de las dos normativas ha sido homologada una sillita, hay que leer la etiqueta naranja que lleva adosada. En las i-Size, aparece el nombre la normativa y la altura de uso de la silla.