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Coches híbridos (HEV) e híbridos enchufables (PHEV): diferencias, ventajas e inconvenientes

La principal diferencia entre ambos es que las baterías de los híbridos normales utilizan el motor eléctrico para cargar la batería ayudándose del motor de combustión y utilizando la energía que se genera en las frenadas y retenciones

ABC MOTOR

La escasez de recursos naturales, como el petróleo, la preocupación por el cuidado del medioambiente debido al aumento de la contaminación en las grandes ciudades y, en consecuencia, la aparición de normativas más exigentes sobre las emisiones de los vehículos , han supuesto la llegada de nuevos modelos propulsados por energías alternativas. Las ventas de coches electrificados están creciendo de forma significativa en España y aunque todavía forman un porcentaje minoritario en el parque de vehículos, la previsión es que su presencia en las carreteras aumente en los próximos años, especialmente los coches híbridos e híbridos enchufables.

Tal y como indican desde el RACE , los coches híbridos, ya sea normal o enchufable, se diferencian de los eléctricos puros en que en ambos se combina un motor eléctrico con otro de combustión, por lo general, de gasolina. En cambio, los 100% eléctricos solo se mueven gracias a la energía generada por las baterías que acompañan a un motor eléctrico. Ante la oferta de coches híbridos normales, también conocidos bajo las siglas HEV, y los híbridos enchufables o PHEV, ¿qué compro? Es la pregunta que se hacen muchos conductores que están pensando en comprar un coche ecológico . ¿En qué se diferencian?

La principal diferencia entre ambos es que las baterías de los híbridos normales que se encargan de mover el motor eléctrico se autorecargan , es decir, el motor eléctrico se encarga de cargar la batería ayudándose del motor de combustión y utilizando la energía que se genera en las frenadas y retenciones. Por lo tanto, estos híbridos HEV no se enchufan, algo que sí ocurre con los híbridos enchufables o los 100% eléctricos.

En el caso de los híbridos PHEV, éstos sí disponen de un sistema externo de recarga de las baterías . Dichas baterías son de mayor capacidad y sí están diseñadas para que puedan cargarse conectándolas a un enchufe. El resultado es que los híbridos enchufables ofrecen un nivel de autonomía eléctrica bastante más elevada que los híbridos normales. Mientras con los primeros puedes recorrer unos 50 kilómetros o más en modo EV o 100% eléctrico, con los HEV esta autonomía se reduce a 2 o 5 kilómetros .

Ventajas e inconvenientes

La ventaja de un híbrido normal o HEV es que no necesita recargarse en un enchufe por lo que no necesitas disponer de un punto de recarga, en contra, podrás recorrer pocos kilómetros con cero emisiones por lo que el consumo medio no será tan reducido como en el caso de un híbrido enchufable o PHEV.

Dónde más se aprovechan las ventajas de la hibridación en un HEV es en circulación urbana. En este entorno el consumo es más reducido porque en las paradas y al circular a baja velocidad no entra en funcionamiento el motor de combustión con tanta frecuencia.

Con el PHEV podremos circular durante más kilómetros en modo eléctrico por lo que sus ventajas en consumo se aprovechan también en circulación extraurbana. El inconveniente es que para beneficiarte de su mayor nivel de autonomía necesitarías disponer de un punto de recarga en tu garaje o lugar de trabajo, y de una amplia red de cargadores que te permitan cargarlo en todos tus desplazamientos. Actualmente, la infraestructura en España es todavía muy reducida.

En ambos casos, se disfruta de una conducción más suave y sin ruidos cuando entra en funcionamiento el motor eléctrico.

A nivel medioambiental, los híbridos enchufables son más ecológicos por lo que cuentan con la Etiqueta ECO de la DGT , es decir, pueden aparcar de forma gratuita en las zonas de estacionamiento regulados, acceder a zonas restringidas a la circulación y entrar en las ciudades cuando están activos los protocolos anticontaminación, entre otras ventajas. Los híbridos HEV solo consiguen la Etiqueta ECO, que incluye ventajas como descuentos en aparcamiento y en algunos peajes .

Por último, hay que hablar de las diferencias económicas . El precio de compra de un HEV es menor que un PHEV, pero en función del uso que le vayas a dar a éste, a la larga puede resultar más barato: si accedes con frecuencia al centro de la ciudad, aparcas en zona regulada y aprovechas su autonomía en modo eléctrico porque dispones de punto de carga, echa cuentas porque el sobrecoste de un PHEV lo podrías amortizar más rápido de lo que piensas.

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